Membrilla cerraba este pasado Lunes de Desposorios las fiestas patronales de la localidad con un extraordinario balance de participación y unas buenas sensaciones respecto al resultado general de la programación ofrecida por los dos grandes organizadores de la fiesta: Desde la perspectiva religiosa, la Cofradía de Ntra. Sra. del Espino en colaboración con la parroquia de Santiago el Mayor, y desde la perspectiva lúdica el ayuntamiento de Membrilla.
Y desde el ámbito más institucional, a las doce de la noche del Lunes, una colección de fuegos artificiales ponía el broche de oro a cinco días de celebraciones, con un calendario muy ajustado repleto de ofertas para casi todos los públicos y edades, en una Membrilla especialmente engalanada para la ocasión y repleta de familiares, vecinos y amigos desplazados hasta la localidad para vivir los Desposorios. Un cierre oficial, que no definitivo, puesto que sería un año más la popular puja la que clausurase las fiestas a altas horas de la madrugada del martes 21.
Los primeros acordes festivos sonaban en la tarde del jueves a cargo de las dos charangas locales vinculadas a las bandas de música (Virgen del Espino y Maestro Emilio Cano) para poner en situación y en ambiente a los más pequeños de la población en un acto que sustituye desde hace años a la antigua “fiesta del Chico” . Era el punto de partida de una intensa velada en la que la Quinta del 2000, la primera del milenio, sería la protagonista del acto inaugural, que contó con el aplaudido pregón de Desposorios a cargo de Miguel Ángel Bellón, presidente de la Cofradía de Ntra. Sra. del Espino, la intervención de Manuel Borja, alcalde de Membrilla, y la coronación de la reina y damas de los Desposorios 2018. La cena de gala pondría el colofón a esta puesta de largo oficiosa de la Quinta del 2000 y de las propias fiestas, al tiempo que Rafa Garcel inauguraba las actuaciones musicales en la plaza del Azafranal mientras Kiko y Sara hacían lo propio en el Parque del Espino ante miles de personas.
Era el arranque de dos días sucesivos, viernes y sábado, repletos de actividades deportivas, culturales, lúdicas y musicales. La mañana arrancaba con triciclos y encajes de bolillos, se completaba con pintura rápida en las esquinas de la localidad y se alargaba hasta el anochecer del viernes, que volvía a dejar la estampa del Polideportivo municipal repleto de público para presenciar el partido del emigrante, o las finales de tenis, pádel y fútbol sala, además de la mítica cucaña. La oferta deportiva se había completado con campeonatos de tángana, pesca, natación... Y el sábado, el incombustible Baile del Vermú organizado por la asociación de la Verónica, creciendo año tras año con el apoyo de la gente y el trabajo de sus miembros. Las peñas caballistas tendrían su espacio el domingo y los aficionados taurinos en la tarde del lunes.
Y mucha más música en un cartel completamente gratuito que convirtió a Membrilla en el epicentro de los seguidores incondicionales de Julián Estrada y Rocío Luna y, sobre todo, Medina Azahara y Camela en el recinto ferial, donde se congregaron miles de seguidores incondicionales llegados no sólo desde toda la provincia, sino también de otros puntos de España.