Repitiendo el novedoso formato de años anteriores, la Cabalgata de Reyes de Membrilla llevó a sus Majestades de Oriente por las calles de la localidad hasta la Plaza del Azafranal, sede del Belén Viviente donde esperaba el Niño en su portal.
Con la participación de algunas peñas de carnaval en su labor de montar las carrozas de los tres Reyes Magos, la estrella de Belén y alguna más de fantasía, la cabalgata volvió a contar además con todas las las agrupaciones musicales de la localidad: las dos bandas de aire y las tres agrupaciones propias de las hermandades de Semana Santa.
En un recorrido de una hora desde el inicio de la calle Alfonso X, siguiendo en esta edición el itinerario habitual del desfile de Carnaval, la comitiva estuvo escoltada por el grupo de moteros de la localidad y de la peña caballista, que acompañaba a la Reina y Damas de los Desposorios 2016; detalles que aportan un extra colorista al desfile pero también algún que otro inconveniente, sobre todo para los músicos que tuvieron que caminar detrás del “rastro” dejado por los caballos.
Con las manos llenas de dulces y la ilusión en la mirada, los niños y familias se congregaron en la Plaza del Azafranal para asistir a la ofrenda de oro, incienso y mirra que los Reyes Magos hicieron al Niño Jesús en un portal de Belén. Un Belén Viviente habitado por los alumnos de 4º de la ESO, que estrenaba para ellos una entrada porticada a la ciudad, una amplia avenida donde habitaban labradores, castañeros, costureras, vendedoras y lavanderas y que desembocaba en el Portal, magistralmente acompañado este año por la Rondalla de las Amas de Casa y la Rondalla Marmaria, que estuvieron desgranando sus bailes hasta la llegada misma de la comitiva.
Tras el Niño Jesús, llegó el turno a los niños de Membrilla, que empezaron a recibir sus primeros regalos en la Plaza del Azafranal de manos de sus Majestades.