Desde 1994, cada año el 15 de mayo se celebra el Día Internacional de la Familia; una conmemoración proclamada en 1993 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para destacar la importancia que en todo el mundo se otorga a la familia.
La familia es la base de la sociedad. Un lugar privilegiado para la educación. La escuela básica de los valores. Donde crecemos y encontramos seguridad y protección. Una sociedad construida sobre familias sólidas, es una sociedad más fuerte; pero también más sana, más justa, más sabia y más feliz. Independientemente del lugar del mundo donde crezca. Independientemente de la raza, la religión o la ideología.
La ONU ha elegido para este 2015 el lema “¿Los hombres a cargo? Igualdad de género y derechos de los niños en las familias contemporáneas.”
Porque también los usos sociales, el peso de la cultura y la tradición, ha lastrado el libre desarrollo de la familia, contaminándola con normas no escritas, -aunque algunas plasmadas en leyes-, en las que priman las desigualdades propias de cada época, que se han venido arrastrando a través de los siglos y que conviene adecuar a los nuevos tiempos de igualdad que vivimos.
Así, como explica la propia ONU, en el 2015, la celebración del Día Internacional de las Familias tiene como objetivo promover la igualdad de género y los derechos de los niños en el contexto familiar. También hace hincapié en la prevención de la violencia doméstica, a través de leyes y medidas de actuación justas.
Son muchas las celebraciones y eventos que se desarrollan a lo largo del mundo para conmemorar esta fecha. Pero nunca está de más potenciar una pequeña celebración particular en el seno de nuestra propia familia.
Ya sabemos la importancia de la familia. Pero siempre está bien recordarlo, porque estamos creando una sociedad en la que la definición de familia se acerca peligrosamente a a esto: Grupo de personas emparentadas entre sí que viven juntas... y que se comunican a través de grupos de whatsapp.
Así, reservemos hoy al menos unos minutos a pensar en ello. Nosotros, cada uno de nosotros, somos responsables de nuestra pequeña parcela familiar. Que no falte la comunicación y el diálogo real. Dediquemos un día especial a ella: a contemplarla, a quererla, a pulirla, a reforzarla. A estar juntos. A construirla en igualdad, a trabajar unidos, también los hombres, también los niños.
Feliz Día de la Familia.
Mensaje del Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon
Día Internacional de la Familia 2015
El tema del Día Internacional de la Familia del presente año —«¿Mandan los hombres?»— destaca la importancia de la igualdad entre los géneros y los derechos del niño en la familia contemporánea.
En todo el mundo, cada vez más mujeres son reconocidas como las asociadas en pie de igualdad y encargadas de tomar decisiones en la familia que deberían ser, ayudando así a crear un entorno propicio para el desarrollo pleno y armonioso de los niños.
No obstante, en demasiados países, la discriminación contra la mujer y el desprecio de los derechos de los niños permanecen integrados en las legislaciones y las políticas gubernamentales sobre la familia, y las normas sociales prevalecientes suelen condonar y justificar muchas prácticas discriminatorias.
Los costos sociales y económicos recaen sobre todos. La discriminación y el abandono a menudo conducen a la violencia, que amenaza la salud de las mujeres y los niños y limita sus posibilidades de completar los estudios y realizar su potencial. El ciclo tiende a continuar en la generación siguiente, ya que los niños que sufren violencia tienen más probabilidades de recurrir a la violencia en su vida adulta.
El desarrollo social y económico equitativo depende de que haya marcos jurídicos equitativos y normas sociales que respalden los derechos de las mujeres y los niños. Las leyes y prácticas discriminatorias que no reconocen los mismos derechos a todos y que impiden el ejercicio de los derechos de las mujeres y los niños no tienen cabida en las familias, las comunidades, las sociedades y las naciones contemporáneas.
En este Día Internacional, propongámonos cambiar las normas jurídicas y sociales que respaldan el control del hombre sobre la mujer, refuerzan la discriminación e impiden la eliminación de la violencia contra los miembros vulnerables de la familia. Al formular un nuevo programa de desarrollo sostenible y esforzarnos por crear un mundo digno para todos, mantengámonos unidos en defensa de los derechos de las mujeres y los niños en la familia y la sociedad en general.