Uno de los actos centrales de la romería de San Isidro en Membrilla es la misa de campaña que se celebra en el parque del Espino en honor al santo patrón de los agricultores españoles. Una misa a la que asisten numerosos vecinos y que tiene una especial belleza, que le otorga el entorno, la organización tan cuidada por la Hermandad y el mensaje central y cristiano de la fiesta, que a veces pasa demasiado desapercibido por obvio, pero que encierra un sentido más importante del que muchos quieren reconocer.
Fuera de esto, -de lo verdaderamente importante-, siempre queda la anécdota, la curiosidad, que a su modo siempre forma parte de la fiesta.
Dos intenciones se pusieron sobre la mesa en la mañana del domingo para los próximos años: Una, adquirir una imagen de Santa María de la Cabeza, esposa de San Isidro, para completar el culto a la figura del santo en Membrilla. Y otra, solicitar a la autoridad competente que, dada la importancia de San Isidro en Membrilla, se ponga su nombre a alguna calle o espacio de la localidad.
Decía Oscar Wilde aquello de “ten cuidado con lo que deseas porque podría hacerse realidad”. Pues bien, sólo un día después de hacer público el deseo, un vecino nos envía esta imagen de una calle de Membrilla cuyo nombre nosotros tampoco conocíamos:
Conclusiones: Qué poco conocemos (nombrémonos todos) nuestro propio pueblo. Y segunda, ya puestos, la corporación que puso el nombre podía haber elegido un lugar más céntrico o significativo, como una “pradera” propia dentro del Parque del Espino. Aunque claro, en aquellos años probablemente no tendríamos en Membrilla, -dentro de la misma localidad Membrilla-, una romería tan importante y consolidada como la que disfrutamos ahora.