Antonio Arroyo Villa, único representante de Ciudadanos de Centro Democrático (CCD) en el ayuntamiento de Membrilla, renunció a su cargo de concejal electo en el transcurso del pleno ordinario celebrado en el mes de julio. Su decisión, según explicó el propio concejal de CCD, no obedecía a motivos personales o de salud, sino a una acción política tendente a facilitar el paso a la gestión pública del que será su sucesor en el cargo municipal, José Jiménez, que jurará su cargo en el próximo pleno. Jiménez fue el número dos de la lista de CCD en las últimas elecciones municipales y encabezará el proyecto de centro local en las elecciones municipales del próximo año.
Tras treinta y cinco años vinculado a la política municipal, Antonio Arroyo afronta una nueva etapa en la que cabe echar una mirada atrás para ver si esta dedicación ha merecido la pena. La respuesta la ofrece el propio Antonio Arroyo: “ Yo creo que sí, que todo lo que es dedicar tiempo de tu vida, -cuando no todo el tiempo de tu vida-, a servir a los demás, en hacer más agradable la existencia, en mejorar lo que hemos recibido o ayudar a conseguir las nuevas demandas de nuestros vecinos, es bueno. Creo que esa dedicación nunca se puede tildar de mala, si no se descubre que detrás de esa aparente generosidad hay un interés oculto que te ha llevado a atesorar bienes materiales, realizar venganzas o ajustes de cuentas miserables. No es mi caso.”
El espíritu de la Transición
Aunque directamente lleve en política municipal desde 1979, fecha de las primeras elecciones democráticas, en realidad, en lo público, en la línea de la reivindicación, de la lucha por mejorar las condiciones laborales y sociales, empezó por el año 1975, en pleno proceso de Transición. En esa etapa estuvo comprometido con el movimiento sindical de la enseñanza, asistiendo incluso reuniones clandestinas, de cuyo movimiento salieron políticos como el que fuera primer alcalde de Puertollano, Ramón Fernández Espinosa, o representantes sindicales. Inaugurada la Democracia, cada uno de aquellos primeros visionarios se inclinó hacia el espacio político con el que se sentía más identificado y Antonio Arroyo apostó por el Centro.
“Yo formaba parte de aquellos jóvenes de los 60 a los que nos hervía la sangre por «hacer cosas», por mejorar el mundo, por -a modo de Quijote- «desfacer» entuertos y subsanar agravios. Y desde plataformas como grupos de teatro, clubes deportivos, peña flamenca u organizando cabalgatas, festivales benéficos, carreras ciclistas, carreras de San Silvestre u olimpíadas deportivas como las que se hicieron cuando estábamos en el Plantel de Extensión Agraria, intentábamos satisfacer los anhelos y demandas de formación, participación y ocio de aquella juventud. Sin olvidarse ni ignorar que debido a nuestra educación religiosa, propia de aquellos tiempos, muchas de las actividades iban cargadas de un contenido e intención de apostolado. Era una época y edad donde había tanto por hacer y se contaba con tan pocos recursos que todos los que teníamos ganas de hacer cosas, de trabajar, éramos bienvenidos tanto para la Iglesia como para el ayuntamiento.”
Y dentro de aquellos jóvenes inquietos, Arroyo Villa recuerda el ánimo y el ejemplo que daban ciertos jóvenes inculcando entre el resto la semilla de la curiosidad, la necesidad de avanzar en la cultura y en la formación: “Me estoy refiriendo a un Tomás “Cacheras” o a un Eugenio “de Singarrala” y a otros jóvenes que con más posibles en sus casas ya iban a estudiar y contagiaban con sus conocimientos a los más inquietos. De aquella sementera salieron jóvenes que abandonaron la vida mísera que les ofrecía la tierra y entre noches en blanco en quintería y descansos entre «esportillá» en las huertas hicieron bachiller, se fueron a Madrid y acabaron dos carreras, como Cristóbal “el del Porro”.
Después vino la Democracia; una Democracia que Arroyo considera nos dieron hecha gracias a la visión avanzada y de futuro que tuvieron aquellos hombres generosos de la Transición; destacando especialmente la figura de Adolfo Suárez, que tuvo que tragarse todos los marrones, y de Juan Carlos I, que garantizó la transición desde la Dictadura.
Así, recuerda Arroyo Villa, “ yo soy fruto de esa generación de la Transición que optó por militar en la opción que entendíamos estaba ausente de nostalgias, revanchismos u odios. El Centro representaba y representa para mí la opción que necesitaba y necesita España; opción moderada, prudente, progresista, que no busca el enfrentamiento sino la comparación y estudio de posibles soluciones; que mira por el bien del ciudadano dejando de un lado las siglas que te han llevado a la responsabilidad del cargo. Por desgracia el ejemplo contrario nos lo han dado, entre otros, ciertos sindicatos , empresarios y banqueros, Pujoles, Fabras, Guerras y demás desecho social, todo bajo el paraguas y consentimiento de los partidos mayoritarios: PSOE , PP y CIU. Y éstos, con sus conductas deplorables, son lo que nos han llevado a la situación que sufrimos, con el grave resultado para la ciudadanía de las clases medias y menos favorecidas e incluso para el propio sistema. Están consiguiendo que la gente se radicalice, pierda la confianza en la clase política y favorezca el nacimiento de líderes radicales, extremistas y «peligrosos» para la sana convivencia y la paz social.
Breve repaso a su trayectoria en el ayuntamiento de Membrilla
Antonio Arroyo Villa ha participado intensamente en la vida política de Membrilla desde la gestación de su democracia, representando a los vecinos en la corporación municipal en ocho de las nueve legislaturas que suma el periodo democrático local. Desde sus inicios como concejal de la UCD en la primera legislatura han pasado treinta y cinco años llenos de grandes alegrías vinculadas a los logros sociales y algunos sinsabores vinculados a la dura realidad política, gravemente afectada por encontrados intereses vecinales y l os complicados usos de los partidos políticos.
En aquella primera legislatura de la democracia acabó siendo alcalde tras la dimisión de su amigo Cosme Jiménez, primer alcalde democrático de Membrilla. De la segunda legislatura (1983/1987) no guarda unos buenos recuerdos: “Estuve los cuatro años de concejal en unas circunstancias muy incómodas, conflictivas y hasta traumatizantes. En esta legislatura formaba parte de mi grupo de concejales Pedro Díaz-Pintado Pardilla que terminaría siendo alcalde por el PP al término de la tercera legislatura.”
Fue esta tercera legislatura (1987-1991) concejal de CDS y, pese a gobernar el partido socialista, le ceden la concejalía de Deportes, encargándose de la gestión de la construcción del Pabellón Polideportivo Municipal. Fueron años de intenso trabajo en los que nació la Estación de Autobuses y se reformaron los Paseos del Espino.
Sin embargo, la cuarta legislatura (1991-1995) fue un periodo breve en su vida política, pues dimitiría de su cargo de concejal de CDS tras nueve meses. Le sustituyó en el cargo su compañero de partido en el CDS Eugenio Elipe Muñoz, que posteriormente sería alcalde por el Psoe en la octava legislatura.
El quinto periodo como concejal de CDS (1995-1999) lo compaginó con el cargo de Presidente de la Federación de Ciclismo de Castilla La Mancha, cuya sede trasladó de Toledo a Membrilla, y su trabajo profesional en el Colegio Público Virgen del Espino, como maestro y director.
Y su periplo como concejal acaba en la sexta y séptima legislatura, periodos en los que Antonio Arroyo será elegido alcalde de Membrilla, en el primero como miembro de CDS con el apoyo de los concejales del PP y, tras la integración de CDS en el PP nacional, como miembro del Partido Popular en el segundo.
“Durante la sexta legislatura ostento la Alcaldía en coalición con los apoyos de los concejales del PP. Empezamos a abordar las grandes obras e infraestructuras que necesitaba Membrilla, sin eludir la dificultad que representaba ser alcalde de CDS, y tener en la Diputación y JCCM un gobierno socialista. Y como en esta clase de político, afortunadamente no la mayoría, no miran la necesidad razonada y razonable del pueblo que representas sino si eres de los suyos o eres del «enemigo», pues conseguir las cosas costaba más tesón, más visitas, más presión y hasta amenazas de si no me daban para mi pueblo lo que demandaba «pondría a parir» en los medios informativos las malas artes de esta gente. Bien por miedo, por compasión, por “cansino” o por comprensión, se fue gestionando toda la serie de obras que hoy pueden verse paseando y conociendo Membrilla y también leyendo el libro que editó el Ayuntamiento con motivo de mis ocho años de gestión. En justicia, en agradecimiento y reconocimiento, tengo que manifestar que me encontré a mucha gente extraordinaria, comprensiva y que colaboraron muchísimo en facilitarme la labor de alcalde luchador. Empezando por los concejales del grupo que me nombró Alcalde, algunos diputados y cargos de responsabilidad en la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, como Delegados, Consejeros y Directores Generales. A estas personas, yo y Membrilla les tenemos que estar muy agradecidos.”
Como alcalde del PP durante la séptima legislatura (2003/2007) ve prácticamente todas las obras principales terminadas, a excepción del Centro de Salud y las viviendas de Protección Oficial. La piscina, la guardería infantil, centro de San León, Casa de Cultura, Escuela de Adultos, Escuela de Música, la Torre del Reloj, la terminación de la Restauración de la Iglesia y del Rezuelo, adecuación y acondicionamiento del Centro Juvenil , restauración de la fachada de la antigua Cámara Agraria, vallado del recinto del Parque del Espino, pista ciclista, limpieza y colocación de puentes en el río Azuer, y otras obras menores quedaron terminadas. En este mandato se adquirió terreno para ampliación de la zona deportiva, la construcción de la piscina y centro de salud y los terrenos en los Paseos del Espino a Pepe Cacho, que tanto y buen uso se le está haciendo. “Quedó firmado el convenio con la Dirección General de Deportes para la colocación de césped artificial en el campo de fútbol y la construcción de un frontón en la zona posterior a la pista ciclista. No puedo olvidarme del dinero más sonado: las campanas de la iglesia, San Mateo y la del Cementerio. Ni del más lucido: iluminación de la carretera , Camino de Manzanares hasta el final del casco urbano, iluminación exterior de la iglesia y de la ermita de la V. del Espino. También se llevaron a cabo mejoras en el Centro Social, la creación de una Sala de Exposiciones en la antigua biblioteca de la Casa de Cultura, la recuperación de espacios emblemáticos como el pozo de San Antón y la Cañada Vieja y la creación del Centro de la Mujer, sin querer apuntarme el tanto de la inauguración del Nuevo Instituto por el que tanto luchamos mucha gente y que me lo encontré terminado, gracias a la gestión de la legislatura de Pedro Díaz-Pintado.”
De vueltas con la vida interna de los partidos, Antonio Arroyo no se presentó a las elecciones que gestaron la octava legislatura (2007-2011), ganadas por el partido socialista. Sin embargo, reconoce, “ la nefasta gestión y la conducta miserable que adoptó éste en la mayoría de sus acciones fueron el revulsivo que me llevaron a que me volviera a presentar en la siguiente legislatura, con el único fin de devolver la normalidad, el respeto, la igualdad de oportunidades y la transparencia a la gestión municipal. Aspectos que no había cuidado este equipo de gobierno.”
Y así llegó a la novena legislatura, al frente de su propia opción de centro integrada en el CCD nacional. “Al término de la legislatura anterior me había dado de baja en el Partido Popular y de no haber sido por los comportamientos del partido socialista yo me hubiese quedado tranquilo en casa. Pero me siento ciudadano; ni más que menos que nadie, pero sí con la determinación y la disposición de que si entiendo que se pueden hacer mejor las cosas las digo y si es preciso y me dan la oportunidad lo demuestro. En esta ocasión los vecinos de Membrilla nos dieron el respaldo para sacar un concejal y ahí hemos estado aportando todo lo que nos ha permitido el equipo de gobierno y apoyando siempre que el interés municipal lo requería: Tema del agua, Ferimel, Tv. Membrilla y cuantas veces han sido necesarias nuestra aportación como grupo.”
Dimisión a un año del término de legislatura
La cuestión que pueden plantearse los vecinos de Membrilla es porqué el concejal de CCD presenta en estos momentos su dimisión, cuando queda apenas un año de legislatura y con las elecciones municipales a la vuelta de la esquina. La respuesta la ofrece el propio Arroyo: “No hay más razón que la de pasar el testigo y la bandera del Centro a otras personas más jóvenes, con mucha preparación y con el talante suficiente como para hacer notar que las políticas se pueden hacer con un estilo menos soberbio, menos partidista y menos prepotente. Espero que en las próximas elecciones el pueblo nos respalde con un porcentaje mayor de votos para demostrar que se puede gobernar desde el Centro sin tener que aguantar las miserias, abusos y corrupciones de los que nos tienen acostumbrado los partidos mayoritarios. Yo estaré siempre dispuesto a sumarme a los hombres y mujeres que defiendan los valores que hicieron posible la Transición: tolerancia, respeto, consenso, generosidad, poner al ciudadano como eje de todas las políticas y, desterrar la corrupción y los abusos. Hay que dignificar la acción política, ennoblecerla y que estén los que demuestren que vienen a servir y no a servirse. Y en ese aspecto mi sustituto, José Jiménez Muñoz representa esos valores y da perfectamente el perfil de persona de centro.”
Y ante este paso atrás a favor de su segundo, surge la duda de si Arroyo Villa abandona la política municipal definitivamente o sólo la primera línea. Pero quien le conoce sabe que eso es difícil.
“Mientras mis capacidades estén en orden yo no podré callarme lo que se haga mal en mi pueblo. Yo no puedo sentirme ajeno a lo que pase en mi entorno, no puedo mirar para otro lado y, como he dicho en mi escrito de despedida de la corporación, estoy a disposición de mi pueblo mientras me consideren útil. Pienso que es una actitud muy noble dedicarse al servicio de los demás sin buscar nada a cambio. Si alguien lo ve de otra manera, lo respeto. No puedo entender a una sociedad que se está quejando constantemente de la clase política, que a lo más que llegan es a decir “son todos iguales”, pero poca gente da el paso adelante para decir se puede hacer mejor y de otra manera. Yo no puedo limitarme a quejarme en el bar, en los corrillos de amigos y cuando llega la ocasión de levantar de la silla a quien le ha estado engañando le siga dando su apoyo. Pues mire usted, no se queje. En democracia eso tiene arreglo: ofrecerse para cambiar los hábitos, erradicar los vicios y a los problemas y necesidades buscarles soluciones. Y la mejor manera es que cada uno aporte lo que pueda y sepa y yo he aprendido mucho en lo que hace referencia a la gestión pública y particularmente a la gestión municipal. Por lo tanto no me voy, estaré donde el grupo de personas de Centro me consideren útil.”
Reacciones ante la dimisión
Después de la larga trayectoria política de Arroyo Villa, en la que se ha ganado el apoyo de numerosos vecinos e incluso el de antiguos oponentes, pero en los que no han faltado tampoco los roces municipales, personales y, sobre todo, políticos, el anuncio de su dimisión se presupone fuente de reacciones diversas entre los ciudadanos o los responsables de los otros grupos políticos de la localidad: PP y Psoe. Pero, ¿cómo ha percibido esas reacciones el propio concejal?
“Lógicamente el resto de los grupos políticos se alegran, imagino; un rival menos al que «combatir». Es verdad que Eugenio, el portavoz del PSOE, a pesar de las distancias que ellos marcaron en el tiempo de su mandato con respeto a mi persona, ha tenido palabras de reconocimiento a la labor que se desarrolla cuando te dedicas a lo público, muchas veces en detrimento de tu comodidad, salud y disfrute de la familia. Me deseó lo mejor y justificó los desencuentros como propios de la actividad política. El portavoz del PP no se manifestó y sí lo hizo el Alcalde, que destacó la disposición que he tenido a la hora de aportar ideas y apoyar las propuestas que han hecho, así como las horas que hemos pasado hablando, una veces para estar de acuerdo y otras para discrepar. Y según él, para poner las cosas « en su sitio». Y lo dijo bien: «en su sitio», pero en el de él, pues no es persona que esté dispuesto a admitir puntos de vistas diferentes al suyo. Pero bueno, en general lo propio de estas situaciones.
Por parte del vecindario, pues si que es verdad que me están sorprendiendo sus palabras de ánimo para que continúe y su disgusto porque me vaya. No sé si lo hacen por cumplir o porque realmente lo sienten. Ya se sabe que en esta España nuestra somos más proclives a homenajear a los que se van que a apoyar y ayudar a los que están trabajando y defendiendo día a día los intereses de la comunidad. Una expresión muy generalizada es: “pues si está ahí es porque algo sacará» Y claro, cuando ven que has estado durante 35 años y te vas con lo que llegaste, la gente puede pensar que también hay personas que no estamos por interés en política si no por ese afán de mejorar el entorno y el tiempo que nos ha tocado vivir. De cualquier manera yo si quiero agradecer de corazón a los que en estos 35 años han confiado y nos han dado el apoyo necesario, a los que ahora me dan palabras de ánimo y sobre todo a ese conjunto de hombres y mujeres de Centro que han estado codo con codo en las alegrías y en las adversidades, entre otras mi mujer, la más sacrificada de mi vocación de servicio.”