María Muñoz Jiménez pregonaba este sábado 1 de abril la Semana Santa de Membrilla en un acto celebrado en la Casa de Cultura de la localidad en presencia de los sacerdotes de la parroquia, D. Raúl López de Toro y D. Luis Sevilla, y con la figura de D. Pedro Roncero en el pensamiento justo en el día en el que el anciano sacerdote cumplía 102 años. Asistieron al acto los miembros de la Junta de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa y las juntas directivas de las diferentes hermandades, también la Corporación municipal y numerosos vecinos, familiares y amigos que quisieron sumarse a este tradicional acto que nacía en los años 60 precisamente de la mano de D. Pedro Roncero, su impulsor.
Con los jóvenes Virginia Alcaide Alarcón y Mario Sánchez Prieto Quiñones como mantenedores, María Muñoz estuvo presentada por Emilio Cano Jiménez, pregonero de la Semana Santa 2022, que destacó en sus palabras el enorme valor de María como madre, pilar fundamental de una familia, y como miembro activo de la comunidad parroquial de Membrilla, de profundas convicciones cristianas. La pregonera ha sido catequista durante muchos años y una gran trabajadora dentro de la propia Semana Santa, donde tiene el valioso título de ser la primera mujer en presidir una Cofradía de nuestra Semana Santa; concretamente la más antigua de ellas: la Cofradía de la Santa Veracruz y Cristo Resucitado.
La definición del pregón de María Muñoz vendría dada un poco después, en palabras del presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías, Alfonso Sánchez-Prieto: la Semana Santa vista desde los ojos y el corazón de una madre.
María Muñoz esbozó desde el atril una visión personal, intimista y muy emotiva de la Semana Santa de Membrilla, cargado de una tremenda fuerza nacida de la propia experiencia vital y salpicado de acertadas y medidas pinceladas poéticas. La pregonera puso en valor el trabajo de todos para hacer grande esta fiesta, sobre todo en los preparativos previos: desde el seno de las hermandades, músicos, gastronomía, labor parroquial… Todo ello desde una premisa básica en su discurso: El cofrade de Membrilla puede ser un gran devoto de un paso concreto, de una imagen determinada, pero nunca hay que olvidar que todos somos hermanos en la fe, miembros de la cofradía de Dios.
A lo largo de su intervención, Muñoz hizo un recorrido por la Semana Santa de Membrilla marcando el desarrollo de las últimas horas de Jesús, entrelazando la vivencia de los actos litúrgicos y de cada uno de los desfiles procesionales con la narración evangélica de la Pasión, Muerte y Resurrección. Destacó en su pregón la intensa carga simbólica, vinculando cada episodio, cada protagonista de aquellas últimas horas en Jerusalén, con actitudes propias de nuestro tiempo y de nuestro comportamiento, perfilando una catequesis muy acertada de cómo vivir la fe.
El presidente de la Junta de Hermandades fue el encargado de hacerle entrega de una escultura representativa de la Semana Santa local, que la pregonera dedicó al cielo, en un recuerdo personal que marcó muchos momentos del acto y en el que los vecinos quisieron acompañarla con sus aplausos.
La parte musical estuvo a cargo de una pequeña agrupación que interpretó un repertorio de marchas procesionales especialmente escogidas y arregladas por el propio Emilio Cano, entre ellas su “Santo Rostro”, que Cano escribió para la Hermandad de la Verónica local.