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El mundo cofrade de Membrilla celebró anoche su Pregón de la Semana Santa 2022 de Membrilla que estuvo a cargo de Emilio Cano Jiménez.
El acto, mantenido por Carlos Condés e Isabel López-Villalta, arrancó con un homenaje a las víctimas de la pandemia que durante dos años ha mantenido guardado en un cajón el pregón de Emilio Cano; cofrades que han dejado un hueco en las filas de sus hermandades. Cofradías que retoman de nuevo, con gran esfuerzo, el trabajo de reorganizar la devoción popular en la calle.
La presentación estuvo a cargo de Mati Castillo, pregonera de la Semana Santa 2019 de Membrilla, última edición de un pregón que tuvo que suspenderse de modo repentino en el 2020. Mati realizó un amplio semblante de la vida del pregonero, vinculada al mundo de la carpintería y a la música, en ambos casos por tradición familiar. Desde sus trabajos en el taller paterno hasta su dedicación a la formación; desde sus primeros compases bajo la dirección de su abuelo y padre, hasta sus horas de músico, director de banda y profesor en diferentes escuelas de música.
Y precisamente fueron estos dos elementos los protagonistas del Pregón de la Semana Santa, sobre todo la música, permitiendo al público, -como después describiría el presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías-, “escuchar la Semana Santa a través del corazón de un hombre cristiano”.
Emilio Cano demostró desde el atril que las horas de Pasión, Muerte y Resurrección no sólo podían verse a través de las imágenes procesionales, sino también escucharse, descritas por las partituras de los mejores compositores de la historia, desde los clásicos como Bach, hasta los nuevos compositores para agrupaciones y bandas de cornetas y tambores.
Lo describía con una comparación acertada: igual que el imaginero intenta plasmar en su talla, en rostros y cuerpos, el dolor y el sufrimiento que describen los Evangelios, así el músico al componer intenta reflejar en el pentagrama ese mismo sufrimiento de las horas de la Pasión, Muerte y Resurrección, bien desde la genialidad, bien por un profundo sentimiento cristiano.
Compuso así Emilio Cano una descripción musical de las últimas horas de Jesús antes de su Muerte, de las dramáticas escenas del Calvario, de la soledad del sepulcro, del triunfo de la Resurrección… arropando su intervención desde las notas de Bach hasta las partituras de Cebrián o Escamilla, haciendo un recorrido por la evolución de la música sacra en el acompañamiento de los desfiles procesionales en Membrilla y en el germen de los conciertos sacros. Una historia musical en la que también tienen cabida sus propias composiciones para agrupaciones y bandas, como Santo Rostro, Veracruz, La Lanzada, La Verónica o Hágase tu Voluntad.
Y todo ello salpicado por sus propias vivencias desde dentro de la banda, o desde los recuerdos en la carpintería familiar elaborando aquellas primeras “carrozas”, tronos llevados sobre ruedas, sobre los que comenzarían a desfilar las imágenes de la Semana Santa de Membrilla en los años 60.
El Pregón se enriqueció además con una armonía plagada de meditaciones y reflexiones en torno al sentido de la Semana Santa y de la vida cofrade, a la verdadera actitud cristiana, a la dramática actualidad del mundo, tan alejada de esos principios cristianos…
Sobre el escenario, una proyección de imágenes alusivas a los diferentes episodios evangélicos narrados a través de la música, entre ellas muchas referencias a los pasos procesionales y momentos concretos de la Semana Santa local.
Cerró el acto Alfonso Sánchez-Prieto, presidente de la Junta de Hermandades y Cofradías de la Semana Santa de Membrilla, que agradeció la belleza del Pregón planteado por Emilio Cano y destacó la labor de reorganización de las hermandades y los cofrades tras el duro parón de dos años.
