José Javier Arias: “Lo fácil es no hacer nada; lo difícil es, a pesar de no poder hacer nada, llevar a la gente el espíritu de Santiago.”

José Javier Arias y la Junta Directiva de la Hermandad de Santiago el Mayor. (Archivo 2019)

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“Lo fácil es no hacer nada; lo difícil es, a pesar de no poder hacer nada, llevar a la gente el espíritu de Santiago.”

Nunca una frase había resumido con mayor precisión cuatro años de trabajo al frente de una Junta Directiva, la de la Hermandad de Santiago el Mayor de Membrilla que integra además el grupo de Caballeros de Santiago, entendido desde sus orígenes hace ahora cuarenta años como una forma de acercar a la iglesia a los jóvenes, de entre 16 y 40 años, a través de su vinculación con la figura del Apóstol.

José Javier Arias Jiménez, presidente de la Hermandad de Santiago, se despedía de su cargo el pasado 25 de julio. Han transcurrido ya los cuatro años preceptivos de “mandato”, según estipulan los estatutos de la asociación religiosa, y ha preferido no optar a una posible reelección entendiendo que siempre es mejor dar paso a nuevas personas y nuevas ideas. Con él abandonarán sus cargos gran parte de la actual Junta Directiva, aunque probablemente algún miembro se reintegre en alguna de las candidaturas que se presenten a la elección, como forma de establecer un nexo con el trabajo ya hecho, siempre bueno a efectos de organización.

José Javier, que venía de formar parte como vocal en la Junta anterior, llegaba a la presidencia de Santiago a finales del año 2017, con la mirada puesta en las celebraciones del 2018; una edición continuista que sirvió “para medirnos a nosotros mismos”, para observar la capacidad de trabajo de la nueva Junta y “observar qué actos se debían mantener y qué cosas no salían del todo bien y cómo cambiarlas para que funcionasen”.

De la observación nació una Fiesta de Santiago 2019 que llegó cargada de novedades y grandes intenciones, siendo muy aplaudida por los vecinos. Entre los actos más novedosos, la incorporación del Concurso de Serrana, extraordinaria iniciativa para defender y promocionar un producto tan vinculado a los usos de la fiesta, y el Caminito de Santiago, original propuesta del párroco que fue muy bien acogida por la Hermandad y que contó con la participación de más de 150 pequeños y pequeñas de la localidad. También se incorporaron elementos como la proyección infantil de cine.

Otra de las iniciativas desarrolladas fue cambiar la entrega de tickets para la verbena a las empresas colaboradoras por una invitación a un aperitivo en el que agradecer de modo más cercano y personal su contribución con la fiesta.

Respecto a la verbena, los caballeros más jóvenes dejaron de atender la barra, siendo sustituidos por camareros contratados para la ocasión, aunque los miembros de la Junta estuviesen presentes en labores de limpieza y organización. Era una forma más de que todos los hermanos y hermanas de Santiago, también los caballeros, disfrutasen de la verbena por igual.

Como ampliación del espíritu de convivencia fuera de la localidad, se organizaron viajes de carácter cultural y religioso: a Uclés y el Parque Arqueológico de Segóbriga en el 2019 y, ya in extremis, al Escorial y Cerro de los Ángeles en los primeros meses del 2020, el año que lo cambiaría todo.

En marzo, el coronavirus detenía la actividad de la Hermandad de Santiago, frenando en seco el trabajo de su Junta Directiva.

Y ahí tomo todo su valor la declaración expuesta arriba: lo fácil era no hacer nada. Quedarse en casa. Pero desde la Junta optaron por hacerse presentes a través de las redes sociales para, de algún modo, seguir llevando a cada hogar el espíritu de Santiago en un año triste en el que, por primera vez, la fiesta tuvo que suspenderse a excepción de las celebraciones en el templo y, siempre, con las limitaciones que la pandemia y las autoridades sanitarias dictaban en cada momento.

El primer paso se dio en uno de los momentos más vinculados a la Hermandad de Santiago fuera de su fiesta propia: la Vigilia Pascual, en la que los caballeros colaboran de modo muy directo. Mientras el párroco se enfrentaba a la soledad del templo en una Vigilia inédita y retrasmitida en directo, presidida por el estandarte de Santiago con crespón negro, la Hermandad pedía a los vecinos que encendiesen velas en sus balcones al toque de campanas que anunciaba la Resurrección. La iniciativa de llenar de luz la población en los peores momentos de la pandemia, en recuerdo a la Resurrección de Cristo y a los fallecidos por la enfermedad, fue un éxito de convocatoria que por su tremenda emotividad presidió, además, el cartel del programa de actos de la Fiesta de Santiago 2020.

Respecto a Santiago, fuera del triduo y misa celebrada en el templo, la actividad era limitada: edición de videos conmemorativos de la fiesta y de elaboración de serrana; reparto controlado de agasajo a domicilio, “porque si la gente paga su cuota, debía tener su agasajo”, y más abierto en sede y caseta este año; creación de un archivo digital de la Hermandad para transmitir lo hecho a las nuevas generaciones. En la edición 2021, con algo más de libertad a la hora de realizar actos en espacios abiertos.

La Junta Directiva de Santiago se caracteriza por ser muy joven, y trabaja mucho en unos días de julio que son muy intensos. También, y pese a todo, en estos dos años “desdibujados por el Covid”.

Pero el balance de José Javier Arias al frente de la Hermandad es muy positivo: “Han sido cuatro años muy apasionantes en lo personal. Los dos primeros muy intensos, con la tristeza de tener proyectos parados y truncados por la llegada del Covid. Nos ha tocado tomar decisiones muy dolorosas, siempre pensando en lo que era mejor.”

Proyectos pendientes, como la peregrinación a Santiago de Compostela en este Año Jacobeo, y tantos otros que tendrán que retomar o proponer la nueva Junta Directiva que salga elegida de la Asamblea General de la Hermandad.

Tras la Eucaristía en honor al Apóstol del pasado 25 de julio, como colofón al acto de despedida de los Caballeros jubilados, José Javier Arias se despedía también de su cargo con unas palabras dedicadas a los Hermanos y Caballeros. Concluía así:

"Y por último, gracias a Santiago, por permitirme ser presidente de esta Hermandad. Pido perdón a todos los que en algún momento se hayan visto ofendidos o molestos con alguna decisión o actuación que haya podido hacer, nunca ha sido intencionado. He trabajado estos 4 años con toda la intensidad del primer día, con las mismas ganas, con la misma ilusión y con el convencimiento de que la Hermandad de Santiago es necesaria en nuestro pueblo y con nuestros jóvenes. Por desgracia, nos ha tocado tomar decisiones muy difíciles, y como muchos me habéis dicho, quedan cosas por hacer, pero soy consciente de que el cambio es bueno, y me voy con el convencimiento de que hay gente dispuesta y preparada para dar un paso al frente."

 

 

 

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