La Hermandad de San Antón de Membrilla concluía este domingo los actos organizados con motivo de la festividad del santo patrón de los animales en la localidad evidenciando la buena salud que esta celebración tiene en la localidad a pesar de las inclemencias del tiempo arrastradas por la borrasca Gloria.
Tras la fiesta oficial del 17 de enero, la Parroquia cerraba el sábado 18 el triduo religioso presidido a los pies del altar mayor por la imagen de San Antón Abad, trasladada para la ocasión desde la ermita de Ntra. Sra. del Espino. Día frío y lluvioso que no impidió, sin embargo, el encendido de la tradicional hoguera a las puertas del Pabellón del Espino, un evento que parecía apagarse en el tiempo pero que la nueva Junta Directiva ha reavivado logrando convocar a centenares de personas en un encuentro lúdico en torno al fuego, manteniendo una de las tradiciones más vinculadas a la imagen del santo. “En la hoguera del sábado hubo más asistentes que en años anteriores lo que nos hace pensar que tiene buena acogida por parte del pueblo y nos anima a seguir trabajando para mejorar,” apuntan desde la propia Hermandad de San Antón. Los vecinos y vecinas de Membrilla pudieron disfrutar de la divertida y curiosa exposición de dibujos realizados por los más pequeños en torno a la figura del Santo y su fiesta.
La mañana del domingo amanecía fría y soleada, aunque poco a poco las nubes fueron imponiéndose, con la incertidumbre sobre el desarrollo final de los actos programados. El tradicional almuerzo de migas para los hermanos contó con una asistencia similar al de ediciones anteriores, pero la lluvia hacía dudar de la celebración de la procesión con la imagen del santo.
Tras la eucaristía en la iglesia de Santiago el Mayor, el párroco Raúl López de Toro procedió a la bendición de los animales congregados en la puerta sur del templo. La Junta Directiva de la Hermandad decidió seguir con los actos programados: “Hasta la misma hora de salir la procesión se tuvo la incertidumbre de procesionar o no. Se decidió salir ya que en ese momento no llovía y la procesión se pudo desarrollar sin ningún incidente. Sí que se pudo observar un descenso de participación de animales, especialmente de caballos y carruajes, debido a la desapacible mañana. Agradecer a los cumplidores de este año, la familia Arroyo-Roncero, que decidieran dar el paso de disfrutar de la festividad de una forma especial.”
El cuerpo de monaguillos de la Parroquia abría el paso a centenares de mascotas, desde pequeñas tortugas hasta hurones o grandes perros, protagonizando algunos momentos de tensión y muchos momentos divertidos. Las caballerías se situaban por seguridad cerrando el cortejo. El acompañamiento musical estuvo a cargo de la Asociación Musical Maestro Emilio Cano. La imagen del santo, llevada en andas por miembros de la Hermandad, estuvo precedida este año, por primera vez, por su nuevo estandarte y por la familia Arroyo-Roncero, que ejercía el papel de Cumplidores. Párroco, autoridades civiles, miembros de la hermandad y familiares completaban el cortejo en un recorrido marcado por el intenso frío. La llegada a la Plaza del Azafranal detenía la marcha para presidir a los pies del Reloj de Torre las tres vueltas protocolarias que los animales realizan a un circuito triangular para pasar tres veces por delante de la imagen del san Antón.
Las celebraciones se cerraban en el Pabellón del Espino con la entrega del tradicional agasajo para los hermanos, amenizado por la Asociación Musical Maestro Emilio Cano, en el que también se procedió al sorteo del Santillo y otros elementos típicos de la fiesta, como los mantecados, cochinos y corderos.