Membrilla vive "algo grande y hermoso" arropando al Yacente en la celebración de su 75 aniversario

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El párroco de Membrilla, Raúl López de Toro, cerraba el Viacrucis del viernes 13 de septiembre subrayando que esa noche se había vivido “algo grande y hermoso” en las calles de la localidad. Centenares de vecinos habían acompañado a la imagen de Jesús Nazareno Yacente en el primero de los actos con los que su hermandad conmemoraba el 75 Aniversario de su llegada a Membrilla. Sin dejarse amedrentar por la incipiente lluvia, la Hermandad de Jesús Nazareno Yacente y Virgen de los Dolores congregaba a los hermanos y vecinos en el entorno de la ermita del Calvario, sede de sus imágenes titulares, para proceder a la bendición de las nuevas obras. Un trabajo de reforma del habitáculo construido en los años 90 en sustitución de la antigua ermita del Santo Sepulcro, que permitirá un acercamiento más intenso de los fieles a una de las imágenes más emblemáticas de su Semana Santa, protagonista de la procesión del Santo Entierro en la noche del Viernes Santo. Junto al Yacente, la bella imagen de la Virgen de los Dolores, ambos retratados en el mural cerámico del exterior, también inaugurado esa noche con la presencia del propio párroco, el presidente de la Hermandad y el alcalde de la localidad.

La imagen del Yacente estrenaba esa noche unas sencillas andas de madera para procesionar bajo la lluvia sin más elemento externo que su propia desnudez en el sepulcro, sin urna acristalada. Un cuerpo de anderas, mujeres procedentes de casi todas las hermandades de la localidad, supieron recoger el reto lanzado desde la hermandad: conducir un cortejo sobrio, impresionante en su mensaje cristiano, enmarcado en la intensidad emotiva y la sencilla elegancia que caracteriza a los desfiles procesionales de esta hermandad.

Catorce estaciones bajo la lluvia, más intensa en algunos momentos, que culminaron en el templo parroquial de Santiago el Mayor, donde descansaría la imagen hasta los actos programados para la noche del sábado.

Tras la eucaristía, la Procesión Extraordinaria del 75 Aniversario se adivinaba como un acontecimiento histórico en la localidad. Primero, por la celebración del Aniversario en sí: La Hermandad conseguía adquirir con mucho trabajo una nueva imagen del Cristo Yacente en 1944, para reiniciar con fuerza un culto de siglos que había sido destruido en su totalidad en los días previos a la guerra del 36.



Segundo, por lo extraordinario del momento: el Yacente procesionando por las calles de Membrilla fuera de un Viernes Santo, el día 14 de septiembre, -Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz-, en un recorrido inédito que le llevó desde el templo parroquial hasta su ermita del Calvario pasando por las plazas del Azafranal y Santa Catalina.

Y tercero, por la magnitud del cortejo. Para este momento, con mucho esfuerzo e ilusión, había vuelto a reunirse la Banda Virgen del Espino, la llamada “banda grande”, que había nacido como banda del “Santo Sepulcro” en el seno de la propia hermandad del Yacente, a principio de los años 60, como la primera banda de tambores y cornetas de la localidad. Una estampa llena de simbolismo musical tras una decena de años sin verles desfilar vestidos de morado acompañando a los pasos de Semana Santa local. También sobresalió el número de fieles acompañando con velas a la imagen e incluso la respuesta de las “manolas” multiplicó las previsiones, con más de sesenta mujeres vestidas de mantilla precediendo al Yacente. El tradicional cuerpo de romanos escoltaba el paso de Jesús Nazareno Yacente, colocado en su habitual sepulcro de cristal, portado en andas por hombres pertenecientes también a casi todas las hermandades locales; unas hermandades que también estaban presentes cerrando el cortejo, junto al párroco y autoridades locales.

El “entierro” de Cristo en su ermita del Calvario ponía fin a un Aniversario muy especial y simbólico que tuvo su broche de oro con la Eucaristía celebrada en la parroquia en honor a la Virgen de los Dolores en el día de su fiesta oficial (15 de septiembre) y, por primera vez, presidida por la imagen titular desde el altar mayor.

 

 

 

 

 

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