Aunque la fecha oficial de la advocación sea el 15 de septiembre, Membrilla celebraba el pasado viernes la festividad de la Virgen de los Dolores, anclada en la antigua tradición del Viernes de Dolores que la localidad recuperaba en los años 80 y organizada por la Hermandad de Jesús Nazareno Yacente y Virgen de los Dolores.
La imagen de la Virgen de los Dolores, una de las tallas más bellas de la Semana Santa local, había sido trasladada desde su sede habitual de la ermita del Calvario hasta el templo parroquial de Santiago el Mayor para presidir el Septenario que durante siete días se ha celebrado en su honor. Una meditación y oración en torno a los siete dolores de María dirigida por el párroco Raúl López de Toro que ha precedido las misas durante este periodo.
El propio párroco fue el encargado de predicar el Sermón de la Soledad, difuminado con los años en la homilía de la misa del Viernes de Dolores, en un templo repleto de fieles.
Tras la eucaristía, la imagen de la Virgen de los Dolores recorría las calles de Membrilla dos años después. La lluvia impidió su salida procesional en la Semana Santa pasada, y los numerosos fieles de esta advocación tuvieron que conformarse con acompañarla en el interior del templo en una sencilla oración.
El paso sobre carroza de la Virgen, con sus guiones y estandartes, salía por la puerta sur del templo parroquial arropada por la marcha "Virgen de los Dolores", del maestro Alberto Escámez, interpretada por la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Nazareno, que la precedió en el recorrido. Durante el itinerario habitual, la imagen de María estuvo arropada por numerosos fieles portando velas, en su gran mayoría mujeres por el gran peso de la tradición local. Precisamente la participación masculina ha sido un hándicap difícil de superar en las últimas de las décadas. Siguieron el cortejo el párroco, la nueva Junta de Hermandades y Cofradías, representantes de las seis hermandades de Pasión de la localidad y miembros de la Corporación Municipal.
Las bellas notas de "Bendición", de Juan Manuel Fernández Carranza, y la Marcha Real acompañaron la entrada de la Virgen de los Dolores al templo parroquial.