Membrilla concluía el pasado domingo las celebraciones en torno a la figura de San Antonio Abad con el acto más popular de la fiesta: la procesión con la imagen del santo viejo, que por recorría por primera vez las calles de la localidad tras el proceso de restauración al que ha sido sometido durante los últimos meses.
Las celebraciones se habían iniciado el fin de semana anterior, con la disputa de sendos campeonatos de petanca y tangana en el polideportivo municipal que congregaron a un buen número de participantes pese a las bajas temperaturas.
A nivel escolar, la Hermandad continúa con su labor de fomentar el conocimiento de la figura de San Antón y de esta fiesta tan antigua entre los más pequeños, por lo que un año más ha convocado el certamen de dibujos en los centros educativos, que ha contado con mucha participación.
En el calendario de cultos religiosos, tomaba especial importancia este año el día de la celebración de San Antón, el 17 de enero, que coincidía con la primera jornada del triduo religioso y con la bendición de la remozada imagen a cargo del párroco Raúl López de Toro. La imagen de San Antón llegaba a la localidad el sábado anterior y desde entonces presidía el altar mayor de la parroquia, tras culminarse el proceso de restauración en Talleres Salmerón que ha solventado los desgastes que el tiempo había producido en la figura del eremita y de su inseparable cochinillo.
Las inclemencias del tiempo no detuvieron a un buen número de vecinos que se congregaron en la noche del sábado en torno a la centenaria hoguera, cerca del Pabellón del Espino. Un lugar en el que un centenar de hermanos disfrutaron en la mañana del domingo del tradicional desayuno a base de migas manchegas.
El propio párroco Raúl López de Toro presidía la eucaristía del domingo, procediendo a su término a impartir la bendición a los animales congregados en la portada sur del templo. El tiempo, lluvioso durante toda la noche y las primeras horas de la mañana, dio un respiro a la celebración y pudo celebrarse la popular procesión con la imagen del santo, acompañada por las marchas de la Banda de Música Virgen del Espino y por un numeroso cortejo de vecinos, entre ellos muchos niños, con sus mascotas y caballerías. Como en las ediciones anteriores, a falta de cumplidores fue la propia Junta Directiva de la Hermandad la encargada de asumir este papel simbólico. A la llegada a la plaza del Azafranal, el cortejo siguió el antiguo protocolo de detener la marcha para que las caballerías pasen tres veces ante la imagen del Santo, dando para ello tres vueltas al triángulo formado por las calles García Lorca, San Miguel y Mayor.
La fiesta de san Antón concluyó con el agasajo a los hermanos en el pabellón del Espino, donde no faltaron los tradicionales mantecados y los sorteos del “santillo” y de productos típicos de la gastronomía local. Desde la junta directiva, presidida por David Villahermosa, se destacó el balance positivo en todos los actos, la ausencia de incidentes, -sobre todo con los animales durante la procesión-, subrayando además el gran seguimiento y apoyo que los vecinos de Membrilla brindan con gran generosidad, año tras año, a la fiesta de San Antón.