El Padrenuestro es una oración tan cotidiana, tan de toda la vida, tan aprendida, que a veces se puede pasar por encima en una mera recitación automática, sin ser conscientes de lo que se está diciendo realmente.
Pero el Padrenuestro no es una oración cualquiera. Lo recordaba el sacerdote en la parroquia: No solo es la oración que Jesús nos legó como modo de hablar con el Padre; también los antiguos cristianos regalaban un pergamino con el texto del Padrenuestro en el momento del bautismo. Era un símbolo más en la entrada del individuo a la iglesia.
Para recordar esa importancia, más de una treintena de jóvenes de la Pastoral Diocesana de Juventud se han desplazado este fin de semana hasta Membrilla para poner en marcha el VIII Creo, un encuentro en el que han participado unas dos mil personas llegadas de toda la provincia y que ha tenido como eje central precisamente el Padrenuestro. Pero no de una manera superficial. En palabras de los propios jóvenes de la Pastoral, este octavo Creo ha sido más profundo que otras ediciones y, además, ha contado con el atractivo añadido de disponer de mayores medios audiovisuales, jugando en todo momento con proyecciones de videos, juegos de luces, montajes de sonido y hasta una representación de teatro negro.
La sensación de los visitantes tras completar el circuito refrendaba estas impresiones: Verdaderamente habían sentido que con esta catequesis, tan diferente, profundizaban de una manera especial en el significado del Padrenuestro, en un recorrido moral lleno de valores, que interrelacionaba cada palabra con los avatares, miedos, luchas y desafíos del mundo moderno, descubriendo la antigua oración como un manual de vida con plena vigencia en este siglo XXI.
Con la importante colaboración de los Jóvenes Cristianos de Membrilla y un nutrido grupo de voluntarios de la localidad, (los llamados “naranjitos”), los grupos de visitantes han realizado un recorrido audiovisual a través de las distintas frases que componen la oración, en un itinerario lineal de unas dos horas de duración que arrancaba en la ermita de Ntra. Sra. del Espino.
Allí se iniciaba el descubrimiento de este especial encuentro, con un guiño a la patrona de Membrilla, la Virgen del Espino, y sus Desposorios, un recuerdo a las siete ediciones anteriores del Creo y la primera de las representaciones protagonizadas por los jóvenes de la Pastoral, en el inusual espacio escénico del coro de la ermita.
Bajando las rampas de acceso al cerro del Espino, los visitantes se desplazaban hasta la segunda de las localizaciones del encuentro: el Pabellón Multiusos, reconvertido en un verdadero centro logístico audiovisual con diversos espacios de actuación. Los grupos participantes entraban en contacto con las primeras palabras del Padrenuestro, profundizando en su sentido y descubriendo su mensaje a través de juegos de luces, parábolas, historias misioneras y representaciones bajo la luz ultravioleta, participando también en un photocall de recuerdo. Cada una de las fases, se cerraba con una oración colectiva.
Siguiendo por los paseos del Espino, el circuito concluía en el magnífico templo parroquial, donde se habían habilitado seis espacios de meditación a partir de nuevos audiovisuales y representaciones escénicas que siguieron recreando parábolas evangélicas, filosóficos encuentros con las tentaciones, reconocibles como atajos fáciles a la felicidad, y simbólicos enfrentamientos con dragones, en una sorpresiva lucha final con el mal.
El itinerario se cerraba en la Capilla del Santísimo, guiados por la figura de un sacerdote, con un Padrenuestro final y el Amén como broche de oro a las reflexiones realizadas.
Extraordinario y emotivo trabajo coral que, además de los grandes protagonistas, -los voluntarios de la Diócesis y su madura implicación en este proyecto-, ha contado con la colaboración de un nutrido grupo de voluntarios de la parroquia: desde el grupo de Jóvenes Cristianos de Membrilla hasta las hermandades y Cofradías de la localidad, que han procurado asistir en el cuidado y alimentación de los voluntarios, pasando por los jóvenes guías de los grupos visitantes.