Desde el pasado martes 21, memoria litúrgica de la Presentación de la Santísima Virgen, la iglesia parroquial de Santiago el Mayor de Membrilla vuelve a contar con pilas de agua bendita en cada una de sus tres puertas de entrada.
Las pilas de agua instaladas son las antiguas de la parroquia, que se suprimieron del templo tras la restauración efectuada en los años 90.
Después de varios años sin este simbólico elemento, “recuperamos el sentido cristiano que tiene este signo sacramental: hacer la señal de la cruz con agua bendita al pasar a la iglesia nos recuerda nuestro bautismo que nos hizo cristianos e hijos de Dios y miembros de la Iglesia.”, en palabras del propio párroco Raúl López de Toro.
En cuanto a su uso, desde la parroquia se recuerda que el agua bendita es un sacramental utilizado por la Iglesia en muchas de sus ceremonias para santificar las cosas y que pone a nuestra disposición como una ayuda para nuestra santificación y protección. No hay bendición en la que no se asperja con ella la persona, el ser o la cosa objeto de la misma. Incluso con ella se acompaña a los difuntos en su último viaje.
También nos remite a las formas para el uso de esta agua bendita que suele haber en una pila a la entrada de las iglesias y santuarios: “El fiel que entra en el sagrado recinto, lo primero que debe hacer es acercarse a tomarla con las yemas de los dedos y signarse. Existe un díptico latino que sirve para acompañar este gesto y es muy significativo:
Haec aqua benedicta
sit nobis salus et vita
(Que esta agua bendecida
Nos dé salvación y vida)”