El pasado 21 de agosto, ya en la madrugada del martes 22, Membrilla cerraba sus fiestas patronales de los Desposorios con el fin del acto profano más singular de esta celebración: la puja de objetos donados a la Virgen del Espino, este año por primera vez con la ausencia de animales vivos. Concluían así cinco días de festejos oficiales donde lo religioso permanece íntimamente ligado a lo lúdico y a lo deportivo, entrelazando completas jornadas de actividades y convivencia con amigos y familiares que retornan estos días a la población.
Aunque el inicio oficioso de la fiesta está marcado por la Bajada de la Virgen el jueves anterior, los Desposorios celebraron su jornada inaugural el jueves 17, -este año precedidos por un minuto de silencio por las víctimas de los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils-, arropados por la Quinta del 99 y el gran pregón ofrecido en la Plaza del Azafranal por Jaime Ramos Torres, alcalde de Talavera de la Reina, cuna de los Desposorios. El acto de proclamación de la Reina y Damas 2017 cerraba la faceta más protocolaria de la fiesta, donde brilló como siempre la comparsa Lo mejor de cada casa y la genialidad de José Tomás Jiménez en su versión a guitarra de los Gozos de la Virgen del Espino.
Viernes marcado por las actividades infantiles en el Espino, por el tradicional encuentro de Encajeras de las Amas de Casa y por el extraordinario ambiente deportivo que se vive en el entorno del Polideportivo Municipal, donde los juegos más tradicionales como la cucaña conviven en perfecta armonía con los modernos torneos de pádel y los habituales encuentros de fútbol. En la Plaza, los seguidores más fieles de Paco Candela, muchos llegados en autobús de diferentes puntos de la provincia, disfrutaron del primer concierto de las fiestas.
Precisamente los conciertos han sido unos de los actos organizados por el consistorio más aplaudidos, no sólo por su gratuidad, sino también por su calidad y por su capacidad de convocatoria a nivel comarcal, arrastrando a numeroso público hasta la población para disfrutar de nuestros Desposorios. A Paco Candela se sumaba el viernes el Festival Flamenco, lleno de grandes figuras como Fernández del Moral, Roque Barato, Cristina Correas, con José Tomás a la guitarra. El sábado, el recinto ferial del Espino reunió a miles de personas para disfrutar de Hombre de Hielo y Celtas Cortos, mientras el domingo Azúcar Moreno conquistaba la Plaza del Azafranal.
Dos episodios más destacaron entre las numerosas actividades: el baile del vermú organizado por la Hermandad de la Verónica en el mediodía del sábado y el certamen de pintura rápida del viernes, que dejó sobre los lienzos bellísimas estampas de la localidad.
El sentimiento religioso de los Desposorios
Íntimamente ligado a lo festivo aparece lo religioso en estas fiestas de los Desposorios que no son sino la celebración de la “boda” entre María del Espino y san José. Durante nueve días el templo parroquial ha albergado el solemne y centenario Novenario en honor a la Virgen, bajo la predicación de Antonio Torres, superior del Convento Trinitario de Valdepeñas.
Un Novenario que se cerraba el sábado con las Vísperas, donde Torres concluía su ciclo de homilías recordando la pobreza de María. Los Cumplidores de la jornada, los hermanos Simón Quevedo, que estuvieron acompañados por el tradicional cortejo de alabarderos y banda de música.
El Domingo, día grande de los Desposorios con misa presidida por el propio Torres y por los Cumplidores del día, la Rondalla Marmaria al pleno, en una novedosa y generosa contribución a la fiesta que seguramente marcará un punto de inflexión en el concepto de Cumplidor en la historia de una fiesta que atesora más de ocho siglos de tradición. En la tarde, la procesión con la Virgen del Espino y San José acompañados por alabarderos, reina y damas, sacerdotes, Junta de la Cofradía y autoridades. El extraordinario marco musical a cargo de las dos bandas de locales: la Asociación Musical Maestro Emilio Cano y la Banda de Música Virgen del Espino. Y como novedad, la Rondalla portando la bandera y el bastón de Cumplidores vistiendo el traje regional.
Tras el Ofrecimiento en la Plaza Grande, traslado de las dos imágenes hasta la parroquia con el singular regalo de unas seguidillas a cargo de la Rondalla en la puerta sur del templo.
La fiesta religiosa se cerraba con la emotiva y multitudinaria subida de las imágenes de la Virgen del Espino y San José hasta su ermita, ejerciendo de Cumplidores en esta ocasión la familia Jiménez Atochero. Antes, la misa de Despedida que supuso un entrañable encuentro de la población con el sacerdote Alejandro Molina.