Pese a las previsiones de lluvia que llegaría de la mano de los restos del huracán Joaquín durante el puente del Pilar, Membrilla vivió una jornada de domingo soleada permitiendo a los vecinos disfrutar un año más de la festividad de la Virgen del Rosario.
Los actos conmemorativos de una de las fiestas más antiguas de la localidad, que la iglesia celebra el día 7 de octubre, se iniciaron con un triduo religioso y rezo del rosario en la parroquia de Santiago el Mayor, con misa ofrecida por los hermanos fallecidos durante el pasado año.
Desde hace unos años, debido a la falta de seguimiento pese a ser una de las hermandades locales con mayor número de hermanos, ya se había suprimido la verbena popular de la vísperas. Sin embargo, los hermanos sí se dieron cita en el tradicional agasajo de avellanas y bizcocho que se celebra en la mañana del domingo en el Pabellón del Espino.Un punto de encuentro lúdico y cofrade en el que también se sortea un lienzo de la Virgen.
En la tarde del domingo, la imagen de la Virgen del Rosario fue sacada en procesión por las calles de Membrilla, en las que se acusó la ausencia de vecinos debido a los numerosos viajes colectivos y privados organizados en la población durante el puente del Pilar.
Pese a ello, acompañaban la imagen de la virgen un nutrido grupo de vecinos portando velas. Fueron los cumplidores de este año el matrimonio Martín Jiménez y Nico Jiménez. Cerraban el cortejo las autoridades religiosas, miembros de la Junta Directiva de la Hermandad y miembros de la corporación municipal. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Banda de Música Virgen del Espino, dirigida por Jesús Herrera.
Tras el recorrido por las calles de Membrilla, la imagen de la Virgen del Rosario, bajo los sones de la marcha Aires de Triana, llegó de nuevo al templo parroquial, donde fue obsequiada con una colección de fuegos artificiales.