Del 1 al 5 de julio, dieciséis jóvenes de distintos pueblos de la Diócesis participaron en el Cursillo de Admisión de nuestro Seminario, con deseos de ser seminaristas el año próximo.
Con posibilidad de entrar a los tres primeros cursos de ESO, durante los cinco días de estancia en el Seminario, pudieron conocer tanto a los sacerdotes formadores y profesores, como las instalaciones y el ritmo de vida que llevarán, si son admitidos, a partir del curso próximo. De esta forma, cada día de convivencia consta de oración, clases, juegos y tiempo libre, piscina, Eucaristía y veladas nocturnas con distintas actividades en grupo.
Por otro lado, los formadores hablan uno a uno con cada candidato, para ayudarle a discernir, en un primer momento, sobre la llamada vocacional. De esta manera, se ayuda a que los futuros seminaristas entiendan que el Seminario no es un colegio, sino el lugar en el que se forman los futuros sacerdotes de nuestra Iglesia. Con esto se busca, fundamentalmente, la felicidad de la persona que es a lo que Dios nos llama en la entrega concreta de la vida.
Este año, los dieciséis jóvenes eran de Campo de Criptana, Membrilla, Ciudad Real, Almadén, Carrizosa, Manzanares, Miguelturra, Agudo, Santa Cruz de Mudela y La Solana