Ni el viento ni la lluvia del sábado doblegó el ánimo de los romeros de Membrilla que se agarraron a los toldos y consiguieron vencer a los elementos para disfrutar de una magnífica romería de San Isidro que tuvo sus momentos centrales en la misa de campaña del domingo y en la fiesta posterior en el recinto ferial.
Tras una semana de actos religiosos y otros lúdicos organizados desde la Junta de la Hermandad, cientos de vecinos de Membrilla se desplazaron en la mañana del sábado hasta el recinto ferial del Espino para montar sus “casetas” y disfrutar desde el primer momento de una romería que cada año se consolida más como una de las principales celebraciones de la localidad.
Pese al tremendo calor de las horas centrales del día, los romeros se afanaron entre el calor y el humo de las lumbres para preparar los platos tradicionales del concurso gastronómico y pudieron disfrutar de la sobremesa y de los juegos populares organizados por la Hermandad hasta que la tormenta hizo acto de presencia en forma de viento.
Para la historia de la romería de Membrilla quedarán las imágenes de los toldos volando por encima de los árboles del Espino, de las casetas tumbadas, de los hierros doblados. Entre nubes de arena, los romeros se afanaron por sujetar los chiringuitos con menor o mayor fortuna: unos lograron resistir el vendaval, otros desmontaron en previsión de males mayores, otros quedaron sepultados bajo las lonas, muchos se refugiaron en los coches y no faltó el que acabó empapado por la lluvia en una tarde que casi presagiaba el fin de la jornada romera del sábado tras el abandono de numerosos grupos.
Sin embargo, después de la tempestad llegó la calma y los romeros retornaron al recinto para evaluar los daños, reparar o habilitar nuevas casetas y disponerse a disfrutar de una tranquila noche entre bailes y hogueras.
Gran afluencia de público en la romería del domingo
Las campanas de la iglesia parroquial anunciaron a las doce el inicio de la procesión que llevaría a la imagen de San Isidro, portada en hombros por miembros de la junta de su hermandad, hasta las inmediaciones de la romería, precedida por la banda de cornetas y tambores de la Hermandad de Jesús Nazareno. Alrededor del templete de la música cientos de vecinos y romeros asistieron a la misa de campaña oficiada por el párroco Raúl López de Toro que volvió a recordar, en pleno corazón de la romería, el sentido cristiano de la fiesta en las palabras del obispo: “Los cristianos estamos alegres y por eso hacemos fiesta, no necesitamos hacer una fiesta para ponernos alegres”. El párroco hizo alusión a la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, a las Jornadas Mundiales de la Juventud, al sentido de la vida cristiana, tan difícil, de San Isidro y, dada la proximidad de las elecciones, a la libertad de la comunidad cristiana para ejercer su derecho al voto. La misa estuvo acompañada por las canciones del grupo local Tuno´s.
Tras la misa, la banda de cornetas y tambores interpretó algunas marchas en el recinto ferial y la Hermandad invitó a los vecinos a un vino.
El resto del domingo discurrió en un ambiente festivo y de convivencia en el recinto, al que se sumaron numerosos visitantes a primeras horas de la tarde. La jornada se completó con la verbena popular amenizada por la orquesta Verano Azul y se cerró a media noche, quizá con menos público infantil que otros años porque la jornada del lunes, tras varios años de “vacaciones”, volvía a ser lectiva en los colegios locales.
Destacar, como viene siendo habitual, a la Junta de la Hermandad de San Isidro, una de las más jóvenes de la localidad, que realiza un enorme trabajo de organización y consigue, año tras año, que los vecinos disfruten de una gran romería de San Isidro. Y un año más, la Junta se ha implicado con los proyectos sociales de la localidad y ha destinado parte de la recaudación de su caseta al grupo de jóvenes voluntarios de las Jornadas Mundiales de la Juventud.