No sabemos si sea una medida eficaz, o con ella sólo hayan logrado el honor de que su iniciativa aparezca en algunos periódicos nacionales. En Membrilla, por ahora, no hay a primera vista tantos destrozos como para considerar invivible nuestro pueblo, pero sí los suficientes como para que uno se sienta agredido, como ciudadano y como vecino, cuando se los encuentra. Ya hemos denunciado en otras ocasiones, en Membrilla.com, la afición de ciertos energúmenos con ínfulas de artistas por pintarrajear paredes y muros y espacios públicos varios. Si quieren encontrar pintadas y cristales rotos, no tienen más que darse un paseo por la Cañada Vieja, cuyos bancos ofrecen esa lamentable imagen de los lugares de nadie, donde todos se permiten ensuciar y verter sus miserias. Y si quieren encontrar alguna salvajada mayor, sólo tienen que esperar a alguna fiesta grande, para contemplar el resultado incomprensible de varios contenedores calcinados. Hoy continuamos la serie con una muestra dentro del pueblo.
Por ejemplo, esta señal de prohibido, en plena Plaza del Azafranal, que en la mañana del sábado aparecía en esa incómoda posición, como un árbol talado que se resistiera a separarse del tronco, como un gimnasta tenaz en su trabajosa postura. No sabemos si esta atípica imagen sea el resultado de un fortuito accidente, o del premeditado plan de un vecino terco que se empeña en subir a Santa Catalina directamente desde la plaza. O que sea el resultado de un arbitrario juego que consista en romper cosas y, cuanto más visibles, mejor. El caso es que así se ha quedado la señal. Sigue estando prohibido subir con un vehículo por esa calle, aunque ahora para asegurarse de ello haya que sacar la cabeza por la ventanilla del coche y mirar al suelo. Habría que colocar una etiqueta en la señal caída, ahora que el daño está hecho, con el precio que cuesta enderezarla -esto es, colocar una nueva-. Sabemos que no tiene demasiado sentido que en nuestra plaza principal del pueblo se conduzca a la manera inglesa, es decir, siempre por la izquierda, pero ¿no creen que hay otras maneras más sutiles de denunciarlo?