El PP de Membrilla pierde el control

Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 

Está en nuestros genes. La supervivencia de la especie, el dominio del territorio, y todos esos rollos. Luego están la cultura, la educación moral, que nos civilizan un poco y nos ayudan a vivir más o menos razonablemente en comunidad, sin necesidad de matarnos los unos a los otros. Por lo menos así es en la mayor parte del mundo, y también en mi país, donde los niveles de sadismo no son especialmente altos.

Digo todo esto porque hace unos días me enteré de la última felonía de alguien a quien siempre he considerado torpe e incapaz, pero de quien no tenía la certeza de que además fuera mala persona. Leí en este medio un comunicado difundido por el PP de Ciudad Real en el que un tal señor Cañizares, que es portavoz del PP en las Cortes de Castilla-La Mancha, pedía la dimisión de una concejala de la oposición de Membrilla, y además la descalificaba de una manera fea por un comentario en Facebook que a este señor no le había gustado. Mentaba además al presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, al que le pedía que destituyera a esta concejala por su comentario en Facebook. A lo mejor era uno de los asuntos que García-Page tenía en su agenda del día, pero se le cruzarían otras cosas importantes y a lo mejor no le hizo mucho caso a este señor y a este asunto.

La concejala en cuestión es Juani Núñez Lara, del PSOE de Membrilla, que es una de los cuatro representantes de la oposición que tiene su partido en nuestro Ayuntamiento, ya que todo lo demás lo tiene el PP. Todo el mundo en Membrilla conoce a Juani, porque además estuvo en la corporación municipal durante la legislatura de Eugenio Elipe, y sobre todo porque es una mujer que a lo largo de toda su vida se ha involucrado en cuantos asuntos municipales ha podido, participando activamente en asociaciones y proyectos durante décadas. Juani Núñez es además muy activa en las redes sociales. Difunde informaciones políticas, mantiene abiertos muchos hilos de información, opina asiduamente sobre acontecimientos políticos regionales y nacionales, sobre todo. Es, además, muy influyente, sus opiniones tienen cierta repercusión en las redes, abren debates, gozan de bastante consideración. Juani Núñez pertenece al PSOE desde hace muchos años, es militante socialista, y además simpatizante desde primera hora de Pedro Sánchez, en quien mantuvo plena confianza hasta en sus horas más bajas. Juani Núñez es además un ama de casa muy conocida en nuestro pueblo, y respetada, tanto por sus ideas como por las maneras que tiene para transmitirlas: creo que no me equivoco si digo que dos de las palabras que mejor la definen son amabilidad y dulzura.

Pues bien, entre los muchos comentarios sobre la actualidad nacional que Juani Núñez suele hacer a través de su muro de Facebook, colgó una reflexión sobre una noticia nacional en la que se detallaba que el PP también había usado la Fundación Miguel Ángel Blanco para financiar irregularmente sus campañas electorales. Era una información que salía de informes policiales, y que publicaron varios medios nacionales.  Esta información, tomada en caliente, indigna a cualquier persona de buena fe. Porque nos da una idea de que el PP ni siquiera respeta la memoria de los muertos con tal de juntar dineros para sus campañas electorales. Hemos visto ya tanto, que un grado más de deshonor ya sólo nos cabrea un poquito.

Juani Núñez hizo un comentario parecido al que yo acabo de hacer, y además mencionó otras tragedias, como la matanza de obreros en Vitoria, la gestión degradante del caso que sucedió a las muertes de los militares españoles del Yak-42, la gestión de las muertes de las cinco chicas que fallecieron en el Madrid Arena, el escándalo con decenas de muertos del accidente del metro de Valencia o las del tren Alvia que descarriló en Galicia. En todos estos casos, todos accidentes con muchas muertes y mucho dolor, hay un factor común: gobiernos del PP, regionales, locales o nacionales, habían participado en redes de corrupción que, aunque sea indirectamente, influyeron en esos sucesos (ahorro de materiales de calidad, licencias ilegales, desvío de fondos, etcétera). Y además tienen en común la gestión desastrosa, y en algunos casos rayando lo criminal, de los accidentes (no hay más que pensar en todas las maniobras espurias que dirigió Federico Trillo tras el accidente del Yak-42).

Juani Núñez explicaba en su breve comentario algo parecido a lo que yo acabo de explicar, y sobre todo incidía en que le producía asco el uso de ciertas víctimas (del terrorismo) que ahora intenta hacer el PP nacional para enfrentar a la gente. Y yo, y mucha gente, estamos de acuerdo con ese planteamiento: recordemos también la gestión de la situación tras los atentados del 11M, y todas las informaciones conspiranoicas que salieron del entorno del PP durante años: hay mucha gente en el PP que no tiene ni ha tenido nunca respeto por los muertos. Y esto no quiere decir que ser del PP sea una cosa mala: quiere decir que dentro del PP ha habido mucha gente que ha intentado sacar partido de situaciones dolorosas. Y dicho esto, en el PP, como en todos los grupos humanos, pues habrá de todo, como en botica. Aunque, si hemos de fiarnos de los informes de la Policía y la Guardia Civil, parece que dentro del PP hay más malos que buenos. Y la gente de orden de este país seguimos confiando en la Policía y la Guardia Civil.

Bien, esta extensa reflexión es el fondo del asunto. Pero ahora está la situación que nos atañe: para que el portavoz del PP en las Cortes de Castilla-La Mancha, ese tal Cañizares, salga enfurecido en una rueda de prensa sacando de contexto esta reflexión en Facebook de un ama de casa que además es concejala de la oposición de un pueblo pequeño de la provincia de Ciudad Rel, y que además monte un circo con el asunto, es que hay mala baba detrás. Esto me lleva a pensar: ¿de dónde parte la gilipollez? Y sólo se me ocurren dos personas con capacidad para difundir esa información manipulada en las instancias provinciales de su partido: el alcalde Manuel Borja y su acólito y concejal Carlos Martín de la Leona. No quiero acusarlos, sólo digo que no se me ocurre nadie más que pueda tomar ese comentario de un muro de Facebook, inventarse un contexto falso, crear artificialmente un conflicto, llevarlo a la dirección provincial del PP, que le acepten esa información, que pase después a la oficina del portavoz del PP en la Junta, y que finalmente salga ese señor Cañizares a hacer el ridículo pidiendo la dimisión como concejala de la oposición de esta ama de casa de Membrilla, provincia de Ciudad Real. No veo a ningún otro concejal del PP de Membrilla con las dos cosas que hacen falta para iniciar este proceso: poca sal en la mollera y comunicación directa con la dirección provincial del PP.

Y mientras pienso esto, me entero también de que el señor Manuel Borja, reunido frente al ayuntamiento con sus concejales, ha emitido una especie de declaración o comunicado para atacar a Juani Núñez y lo ha mandado transmitir a través de su televisión particular, con la intención de que el pueblo vea y condene (y, quizás, lapide) a esta señora. Han caído muy bajo esta vez. Imagino que en la dirección regional del PP ya les estarán tirando de las orejas por este desvarío, y ahora querrán cerrar el asunto en falso. Pero ya es tarde: han enseñado la patita, han demostrado su catadura moral, han mostrado hasta dónde son capaces de llegar por un capricho infantil: por divertirse haciendo daño a una vecina son capaces de frivolizar con las víctimas del terrorismo. Ni siquiera han pensado que esta guerra no va con ellos dos, que ellos no han formado parte nunca del PP nacional. Y lo más importante: que los muertos, y en especial las víctimas del terrorismo, merecen un respeto, y su recuerdo no está para que un alcaldillo utilice su nombre en vano, sólo porque quiere darse el capricho de aplastar a una vecina que no le ha hecho nada.

Luego está el señor Cañizares, que a estas alturas no sentirá ninguna vergüenza porque ya se habrá olvidado del asunto, y que seguramente no sabe siquiera dónde está Membrilla. Sé que no leerá este artículo, pero deberia, y si lo leyera le recomendaría dos cosas: la primera, que entrara en Wikipedia para conocer un poco de nuestro pueblo. Y lo segundo: que viniera un día a Membrilla, no de la mano de sus colegas de partido, sino él solo, y se paseara por el mercado, por los paseos del Espino, por los plazas, por los bares, por cualquier calle. Y que allí preguntara a todo el mundo que se encontrara al azar por Juani Núñez Lara, por Juani la concejala. Me juego diez mil maravedíes a que nadie le diría una mala palabra de ella, y otros diez mil a que las palabras que más repetirían los vecinos de Membrilla al pensar en ella son las que yo dije: amabilidad, dulzura.

Esto el señor Borja y el señor Martín de la Leona lo saben. Y por eso es más incomprensible y sucio lo que han tratado de hacer. Utilizar la maquinaria rodante de su partido para aplastar a una vecina, sin venir a cuento, sabiendo que se cruzarán con ella y con su familia y amigos por la calle. Sólo le encuentro un motivo a este comportamiento: cuando a un muchacho le pegan en el corralillo, se va a otro grupo y qué hace: pues se pone a pegar él para no volver a ser el débil. Es una cuestión de autoestima, que estos dos señores siempre han tenido muy baja, y se sienten un poquito poderosos cuando hacen sufrir a otros. No es malo, no es lo peor que les puede pasar: si aprenden a relativizar las cosas, verán que ellos no son tan importantes, ni los demás quieren hacerles daño ni quitarles el puesto. Deben aprender reglas de convivencia: no se pega por capricho, no se hace daño al prójimo, y cuando uno se equivoca debe pedir perdón, honestamente, y con ello no se le caen los anillos a nadie. Aún están a tiempo. Porque si perseveran en su infantilismo sólo queda advertirles una cosa: tienen casi dos años para cerrar todo lo que tengan que dejar cerrado, y después, lo quieran o no, tendrán que seguir viendo las caras de los vecinos de Membrilla, que podremos ser gente de buena fe, pero de tontos tenemos muy poco. Así que, señores, para cantar milongas están las ferias.

Y tú, qué opinas ...