Con motivo de la emisión por TVE de la serie “Isabel”, nos ha parecido interesante y oportuno recordar, apoyándonos en un artículo de Pedro Almarcha Jiménez, la vinculación de la Reina Católica con Membrilla. Su reinado (1474-1504), coincide además con una de las épocas más esplendorosas y prósperas de nuestro pueblo desde todos los puntos de vista, demográfico, económico, cultural, social y político, favorecidas, según Concepción Moya, por las medidas repobladoras tomadas por la Orden de Santiago, el fin de los conflictos nobiliarios, un periodo de buenas cosechas y la contención de las crisis epidémicas[1].
Sin duda Isabel I de Castilla, la Católica, es uno de los personajes más importantes de la historia de España. Apoyada en su firmeza y en sus convicciones, superó las trabas de una infancia difícil, sobrevivió a las intrigas nobiliarias y defendió la conveniencia de su matrimonio con Fernando de Aragón y sus derechos al trono castellano frente a su sobrina Juana. Tejió el entramado político que dio origen al reino de España, un nuevo Estado moderno, al que sumó Granada y las posesiones recién descubiertas en América, pero también tomó decisiones más discutibles, como el establecimiento de la Inquisición o la expulsión de los judíos.
Isabel de Castilla nació el 22 de abril de 1451 (Jueves Santo) en Madrigal (después de las Altas Torres). Hija del Rey Juan II de Castilla y de Isabel de Portugal. Ocupó el tercer lugar en la línea de sucesión al trono, por detrás del príncipe Enrique (1425-1474), nacido del matrimonio de Juan II con María de Portugal, de su hermano Alfonso (1453-1468) y de Juana (La Beltraneja, 1462 -1530[]) la hija de su medio hermano Enrique IV.
De profundas convicciones religiosas, tenía una sólida formación y era gran amante de las letras y las artes, dominaba la gramática, la retórica y la historia y gustaba de leer a menudo, especialmente a los clásicos.
Un fraile anónimo del convento de San Francisco de Valladolid relataba así los azarosos años de la infancia de Isabel, período en el que estuvo acompañada por Beatriz de Silva, fundadora de la orden de la Inmaculada Concepción:
“Tomen ejemplo las doncellas cristianas en esta señora princesa, que siendo ella de poca edad, murió el rey D. Juan, su padre, y su madre estuvo enferma toda su vida, su hermano el rey D. Alfonso murió de catorce años, así que esta excelentísima princesa su mocedad estuvo sin padre y sin madre y casi sin abrigo, los grandes del reino puestos en parcialidades y en rencores y enemistades y ella tenía su esperanza en solo nuestro señor Dios y en la bienaventurada Virgen nuestra señora y en San Juan Apóstol y Evangelista y en San Francisco y en su orden a quien ella fue señalada devota….”[2]
Se casó en Valladolid el 19 de octubre de 1469 con Fernando de Aragón, un matrimonio de gran trascendencia política e histórica.
A la muerte de Enrique IV, en diciembre de 1474, la lucha entre los partidarios de Isabel y Juana (La Beltraneja), provocó de nuevo la guerra civil:
En 1475, nuestras tierras fueron escenario de los enfrentamientos entre los dos bandos agudizados por la rivalidad entre las Órdenes de Santiago y Calatrava:
“Cundían por todo el reino los tumultos originados por las rivalidades de los Grandes que, que, divididos en dos bandos, se hacían franca o insidiosamente cruda guerra. Más que todos, Rodrigo Manrique, conde de Paredes, y ahora titulado Maestre de Santiago; el Conde de Cabra D. Diego de Córdoba; el Comendador Mayor Fernando Ramírez de Guzmán y García de Padilla, Clavero de Calatrava, reunidos en Ciudad Real, trabajaban con empeño por destruir al joven Rodrigo Téllez Girón, pseudo Maestre de dicha Orden (de Calatrava), para restituir el cargo, con arreglo a sus legítimos estatutos a D. Alfonso de Aragón, hermano del Rey D. Fernando de Castilla…..”[3]
Membrilla apoyaba a la Reina Católica, como toda la Orden de Santiago, que contaba con dos maestres, uno de la provincia de Castilla, Rodrigo Manrique, y el otro de la de León, Alonso de Cárdenas, poniéndose ambos del lado de Isabel de Castilla. El posicionamiento del maestre calatravo a favor de Juana, y el temor de un ataque a los territorios santiaguistas, hizo que se reforzaran las defensas del Campo de Montiel, entre ellas el castillo del Tocón, al que se dotó del armamento necesario para repeler un posible ataque, que finalmente no se llevó a cabo[4].
Mientras tanto “….Don Rodrigo (Téllez Girón) ocupaba muchas villas como Almagro, Almodóvar del Campo, Manzanares, Villarrubia, Daimiel y algunos otros lugares, aldeas y poblados….”[5]
Las primeras victorias dieron ventaja y aliento a los partidarios de Isabel que obligaron a la marcha de D. Rodrigo de Almagro y lograron apoderarse de muchas poblaciones. D. Rodrigo Manrique ganó la villa de Almodóvar del Campo pero renunció al cerco de su castillo, García de Padilla conquistó y reedificó el castillo de Caracuel, D. Rodrigo Roelas se hizo con la fortaleza de Malagón y los capitanes de D. Fernando se apoderaron de Manzanares, Villarrubia, Daimiel y de otros muchos pueblos y aldeas, además de gran cantidad de pastos y frutos.
Tras la decisiva Batalla de Toro, el 1 de marzo de 1476, el frente de batalla se desplaza hacia Portugal.
Según nos cuenta Pedro Almarcha en el artículo publicado en el programa de Desposorios de 1999, como premio a las gentes que los apoyaron, los Reyes Católicos confirman el 20 de febrero de 1477, la sentencia favorable a la Membrilla del Tocón en el pleito que mantenían con Manzanares por el aprovechamiento de los pastos y el 7 de julio de ese mismo año, la reina Isabel visita Membrilla en el viaje que hizo de Toledo a Andalucía, concediendo privilegios y otorgando exenciones de bagajes a los hijosdalgo, dueñas y doncellas de Ciudad Real.
La contienda finalizó en 1479 y posteriormente, nos apunta Pedro Almarcha, nuevas visitas de Isabel la Católica a Membrilla tienen lugar en 1481, 1484, 1485, 1486, 1487 por la campaña de Granada, hasta que por último “En 1504 el cadáver de la reina en su conducción de Medina del Campo a Granada, para ser enterrada, pasó por Manzanares, Membrilla, Valdepeñas y el Viso”[6].
Bibliografía:
ALMARCHA JIMÉNEZ, Pedro, “Membrilla y la reina de Castilla Isabel I (1474-1504)”, programa de Desposorios de 1999.
MADRID MEDINA, Ángela, “Sobre Diego de Merlo y otras cosas, notas para un avance de estudio”, Cuaderno de Estudios Manchegos, nº 22, 1996.
MOYA GARCÍA, Concepción, “Espacios civiles y religiosos de Membrilla”, Ayuntamiento de Membrilla 2011.
PÉREZ SAMPER, María Ángeles, “Isabel La Católica”, Plaza y Janés, Barcelona 2004
PRIETO, Amalia, “Estancia de los Reyes Católicos en Valdepeñas”, Cuaderno de Estudios Manchegos.
PALENCIA, Alonso de, “Crónica de Enrique IV”, introducción de A. Paz y Melia, Editorial Atlas, Madrid 1975.
VV.AA. “15 rutas de una reina viajera, itinerarios de Isabel la Católica”, Ministerio de Cultura, 2004.
[1] MOYA GARCÍA, Concepción, “Espacios civiles y religiosos de Membrilla”, Ayuntamiento de Membrilla 2011, página 12
[2] PÉREZ SAMPER, María Ángeles, “Isabel La Católica”, Plaza y Janés, Barcelona 2004, página 56.
[3] PALENCIA, Alonso de, “Crónica de Enrique IV”, introducción de A. Paz y Melia, Editorial Atlas, Madrid 1975, Tomo II páginas 220-221.
[4] MOYA GARCÍA, Concepción, “Espacios civiles y religiosos de Membrilla”, Ayuntamiento de Membrilla 2011, página 21.
[5] PALENCIA, Alonso de, ob. Cit. páginas 220-221.
[6] ALMARCHA JIMÉNEZ, Pedro, “Membrilla y la reina de Castilla Isabel I (1474-1504)”, programa de Desposorios de 1999.