Tal y como refleja la última revisión de registros, realizada en enero de 2010, la Denominación de Origen La Mancha cuenta con un total de 196 bodegas que comercializan vino embotellado; es decir, el 71 por ciento del total. El número de bodegas de elaboración es de 235, mientras que los registros de almacenamiento son 41, las empresas exportadoras de estos vinos de calidad se elevan a 124 y las que disponen de parque de barricas y, por lo tanto, elaboran vinos de crianza, reserva o gran reserva, ya están en 129.
Estos nuevos datos constatan la buena salud del sector vitivinícola manchego, pese a la enorme crisis que está soportando. De hecho, esta Denominación de Origen es, con mucha diferencia, la que más viñedo inscrito tiene de toda España, un total de 179.063 hectáreas, a lo que hay que sumar el alto número de bodegas embotelladoras, así como el de exportadoras y elaboradoras de vinos de crianza, lo que sin duda ha redundado en un incremento del valor añadido en las bodegas manchegas. En conjunto, esta D.O. cuenta con 276 bodegas y su potencial de producción de vinos de calidad enorme, lo que ha posibilitado los crecimientos de los últimos años, sobre todo en exportación.
Por provincias, Ciudad Real sigue estando a la cabeza en todos los registros, ya que en esta provincia hay 87 bodegas elaboradoras, 20 de almacenamiento, 52 de crianza, 51 exportadoras y 82 que comercializan embotellados. Además, en Ciudad Real, en la que hay 58 términos municipales incluidos, se encuentran 86.327 hectáreas acogidas y hay 8.252 viticultores inscritos, siendo el total de la Denominación de Origen La Mancha de 19.074.
A Ciudad Real, le sigue en importancia Toledo, con 83 registros de elaboración, 12 bodegas de almacenamiento, 35 de crianza, 38 que exportan y 62 embotelladoras. Esta provincia incluye 37.239 hectáreas circunscritas en los 46 términos municipales que incluye la Zona de Producción LA MANCHA y el número de viticultores inscritos es de 4.583.
Cuenca es la provincia con más términos municipales en la D.O., un total de 66 y tiene 4.014 viticultores, propietarios de 35.902 hectáreas con D.O. En ella hay 45 bodegas de elaboración, 7 de almacenamiento, 28 de crianza, 24 exportadoras y 38 embotelladoras.
Por último, encontramos Albacete, que pese a contar sólo con 12 pueblos acogidos a la D.O. LA MANCHA agrupa 19.595 hectáreas y 2.225 viticultores, así como con 20 empresas de elaboración, 2 de almacenamiento, 14 de crianza, 11 exportadoras y 14 plantas de embotellado.
En definitiva, lo que nos indican estos datos es que hay un paulatino aumento en la concentración parcelaria en la Zona de Producción, ya que ha habido una ligera reducción del número de viticultores (1012) y hectáreas (5.446) con respecto al año anterior, debido fundamentalmente a la aplicación de los planes de arranque de viñedo que ha puesto en marca la nueva OCM y que ha afectado a más de 30.000 hectáreas en Castilla-La Mancha.
Pese a todo, el viñedo manchego se sigue caracterizando por la alta diversificación y gran cantidad de explotaciones, generando trabajo para muchísimas familias y siendo uno de los motores económicos de la región, sobre todo si sumamos el proceso de transformación y venta que desarrollan las bodegas y cooperativas.
Por variedades, pese a que la Airén ha descendido en una cantidad muy importante (133.520 hectáreas en 2010 frente a 142.125 en 2009), sigue siendo de forma clara la mayoritaria. No obstante, excepto con la Garnacha y la Moravia, que también han tenido un leve descenso (179 hectáreas en el primer caso y 85 en el segundo), el resto de varietales sigue aumentando en un porcentaje importante, siendo el crecimiento más significativo de los últimos años el que ha experimentado la Cencibel o Tempranillo, que ya alcanza las 26.599 has., triplicándose su cantidad en los últimos 10 años. También es destacable el crecimiento porcentual de otras de las conocidas por como variedades mejorantes, como la Macabeo (1.950 has. en 2010 frente a 1.708 has. en 2009), la Chardonnay (499 has. en 2010 frente a 352 has. en 2009), la Sauvignon Blanc (1.034 has. frente a 707 has.), la Cabernet Sauvignon (2.736 has. frente a 2.585 has.), la Syrah (2.607 has. frente a 2.205 has.) o la Merlot (980 has. frente a 879 has.), Moscatel de grano menudo (183 has. frente a las 102 has. del 2009), Petit Verdot (268 has. frente a 225 has.) y sobre todo la Verdejo, que ha llegado a sumar 1.400 has. en tan sólo tres años (en 2008 había 533 has.).
También hay que tener en cuanta que en 2009 se ha permitido la entrada a la Denominación de Origen a nuevas variedades que ya estaban recogidas en los planes de reestructuración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, como la Monastrell, de la que actualmente hay inscritas 151 hectáreas; la Bobal, con 53 hectáreas; la Graciano, con 35; la Cabernet Franc, con 21 hectáreas, o la Malbec, con 18. En cuanto a las blancas, se han incorporado la Riesling, de la que actualmente hay 58 hectáreas inscritas; la Parellada, con 43; la Viognier, con 11, la Gewürztraminer con 7, la Pedro Ximénez con 5 hectáreas y la Torrontés, con 2.
Esta diversidad es prácticamente imposible de encontrar en cualquier otra zona vitivinícola del mundo, lo que ha permitido que La Mancha pueda ofrecer un surtido de vinos inigualable, no sólo por la calidad de los múltiples vinos monovarietales que hoy podemos encontrar en la mayoría de bodegas acogidas, sino también porque esas nuevas uvas han complementado y enriquecido sus variedades preferentes (Airén en blancos y Tempranillo en tintos), a las que muchas veces se unen en coupages que persiguen la diferenciación del producto y la mejora de la calidad.
En lo referente a las bodegas, también se está produciendo un proceso de concentración que ha hecho desaparecer a algunas empresas de menor potencial expansivo, ya que se ha pasado de 281 bodegas en 2009 a 276 en 2010, pero paradójicamente el registro de exportadores ha pasado de 120 a 124, lo que es también una señal clara de que la apuesta por la exportación es cada vez mayor en la D.O. La Mancha.