Como es habitual la campaña de la poda en la viña se extiende desde principios de noviembre hasta mediados de marzo.
La reciente aprobación de la nueva O.C.M. del vino, en la que destacan la desaparición de la ayuda a la destilación de alcoholes de uso de boca, y la prima de arranque de viña, con prioridad para los que abandonan toda su explotación, quedan en el olvido los que apuestan por seguir en el sector ya que estas medidas no sirven para paliar los problemas de comercialización y excedentes de vino que existen.
En los últimos años los sistemas de poda han variado debido a la evolución que se ha dado de cultivo de vaso a espaldera. La necesidad de una vendimia mecanizada, el cultivo de la vid en la comarca ha experimentado una transformación. Estamos viendo como el paisaje de nuestro entorno se está modificando, de la cepa en vaso a explotaciones de postes y alambres de formación para mantener la vegetación fija en una línea y así poder realizar trabajos mecanizados.
Con este nuevo sistema de cultivo y con el anterior plan de restructuración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha han sido varias las variedades que se han plantado en nuestra comarca y que antes eran desconocidas, como son: Merlot, Cabernet Sauvignon, Shyrah, Sauvignon Blanc, Moscatel, Verdejo, Macabeo, etc. Todas estas han servido como alternativa a la variedad mayoritaria en la zona que es la Airén.
El bajo precio de uva de la campaña anterior, por debajo de coste de producción, y un mercado que no reacciona, unido al bajo consumo entre los jóvenes y las campañas contra el uso de bebidas alcohólicas por seguridad vial, hace que en plena campaña de poda el viticultor vea el futuro con gran incertidumbre.