Con el inicio de la campaña de regadío se han incrementado los robos en explotaciones agrarias de La Mancha. En las últimas semanas se han producido sustracciones de material de riego en fincas de Membrilla, Pozuelo y otras localidades de la comarca, siendo objeto de robo principalmente bombas, aspersores e incluso gasoil, entre otros equipamientos agrícolas y ganaderos. Agricultores locales denuncian con impotencia la falta de seguridad en el campo, una impotencia que se ve multiplicada cuando los robos se producen prácticamente delante de sus ojos y de las fuerzas de seguridad, por bandas organizadas que se saben impunes ante la legislación española.
Días antes, la organización agraria Asaja ya había denunciado una docena de robos, con pocas horas de diferencia, en explotaciones y fincas agrícolas de la zona de Tomelloso y Socuéllamos. Asaja denunciaba que el valor del material sustraído, sobre todo grupos electrógenos empleados para el riego, superaba los 100.000 euros. Además, se llevaron otros objetos como baterías o motobombas y causaron importantes daños en las explotaciones, como el derramamiento de gasoil.
La mayoría de los asaltos tuvieron lugar en explotaciones ubicadas muy próximas a las carreteras de Socuéllamos y El Bonillo y en un perímetro de muy pocos kilómetros. En Socuéllamos los robos se produjeron en una decena de fincas y explotaciones, donde se han llevado, principalmente, baterías, motobombas y generadores de electricidad.
Desde la organización agraria se señala que los robos se han producido a partir de medianoche, con total impunidad, cortando los vallados y cercados y con tiempo suficiente para cargar el material en los vehículos.
Para el presidente de Asaja resulta “increíble” que estos actos tengan lugar en fincas situadas, en algunos casos, a pocos metros de las carreteras de acceso a la localidad, en lo que parece “un desafío a la labor de los Cuerpos de Seguridad del Estado, y que está generando gran intranquilidad y preocupación entre los agricultores de la zona”.
Desde la Organización señalan que resulta urgente la reforma del Código Penal, anunciada hace meses por los ministros de Interior y Justicia como una prioridad legislativa para tratar de manera adecuada la delincuencia multirreincidente, única forma de atajar una situación que preocupa muchísimo a agricultores y ganaderos.
Además, reiteran la demanda de una mayor presencia policial en el campo, en especial en las zonas más afectadas y en los periodos más conflictivos (noches, fines de semana y festivos).
También solicitan un control exhaustivo y rigurosos en los posibles puntos de destino de este tipo de materiales robados, comprobando en chatarrerías y desguaces la procedencia de los objetos y verificando sus contratos de compraventa.