A la mayoría les gusta escuchar y bailar canciones y grupos de cuyo nombre no esperen que nos acordemos, de esos recién salidos del horno musical. Incluso los hay en edad de enloquecer con los Cantajuegos. Sin embargo, acuden un par de días a la semana al Salón de Baile de la Casa de Cultura para asistir a clases de “manchegas” bajo la tutela de Manoli Muñoz Serrano porque estos niños han decidido hacerle un pequeño hueco en sus vidas a otros ritmos “diferentes”. Pero lo que a simple vista no es más que una tarde entretenida bailando jotas y seguidillas tiene un trasfondo más amplio. Sin apenas intuirlo, divertidos, auténticos, muchas veces a su aire, estos cuarenta niños y niñas están consolidando una de las tradiciones más representativas de Membrilla: su folclore local.
Una muestra de sus logros y avances, no exentos de pequeñas aportaciones libres y personales sobre todo en los más menudos, pudo verse la pasada noche sobre el escenario del pabellón multiusos del Espino. Divididos en varios grupos, los alumnos de las clases de bailes regionales nos regalaron un repertorio compuesto por algunas de las piezas más características del folclore local acompañadas por temas muy populares dentro del folclore regional.
La decena de alumnos de nueva incorporación, sumados a los más pequeños del curso, hicieron una pequeña demostración de jotas típicas de nuestra localidad, uno de los géneros más fáciles para iniciarse, como la Jota de la Vendimia, la Jota de Membrilla o la jota pastoril. Un segundo grupo de alumnas más avanzadas hicieron un recorrido por el folclore regional para concluir con el grupo de alumnas “mayores”, que demostraron la pericia adquirida a lo largo de estos años con una selección de fandangos y malagueñas.
Arropados por los aplausos de amigos, familiares y vecinos, los pequeños cerraron sobre el escenario un curso que la profesora ha calificado como muy satisfactorio, sobre todo por la fidelidad demostrada por alumnos y familias y por el interés de una decena de nuevos niños que se han sumado a las clases; un aumento de alumnos que espera que no se vea alterado por las nuevas tasas, mientras confía en poder seguir trabajando en este proyecto tan consolidado en torno al folclore local.