La Escuela Municipal de Música demostró en la audición de fin de curso celebrada el pasado sábado que sigue creciendo tanto en tamaño como en la calidad de las enseñanzas musicales impartidas. Al incremento del número de alumnos y matrículas registrado durante el curso pasado, alrededor de doscientos alumnos y más de trescientas matrículas repartidas en unas catorce disciplinas musicales, se suma un aumento de la calidad de la enseñanza que se manifiesta en la espectacular evolución artística de los alumnos.
Destacar el gran valor de Pablo Alhambra, el paciente profesor de Música y Movimiento y de Formación Musical Básica, capaz de lidiar con los pequeñitos de la Escuela para montar el espectáculo musical “Mis amigos los animales” con la ayuda de Reyes Baeza (otra valiente) y el acompañamiento a la guitarra de dos de los más pequeños de esta disciplina de cuerda. Tras ello, el aplaudido guiño a José Mota que junto a Beethoven dieron pie a un Himno de la Alegría muy particular.
Y si grandes son los pequeños, mayor es aún el mérito del resto de alumnos de la Escuela que acompañados por los profesores deleitaron al público con sus avances artísticos, un tanto mermados por temas de sonido y acústica. Alumnos de flauta con la incansable Pilar López Fdez. al frente; alumnos de guitarra guiados por el dinamismo de Reyes Baeza; los alumnos de trompa de María Jesús Ruiz, que al frente de esta disciplina ha conseguido aumentar el número de matrículas para el año próximo y que se ha metido en el bolsillo a los jóvenes alumnos de música, de esa de pentagramas y notas.
No faltaron las interpretaciones de violín, canto, piano y percusión, instrumentos que tienen al frente a grandes de la música como María del Mar Patón, Eloisa Cabanes, Juan Carlos Sánchez Prieto y Emilio y Pedro Alfonso Cano. Sonaron oboes, saxofones, clarinetes, trompetas y cornetas, disciplina esta última cuya demanda se está viendo derivada hacia la trompeta. Profesores comprometidos como Cayetano, Félix y Gustavo, como José Antonio Fuentes, Luis Cordero y Francisco Gómez siguen año a año consolidando una de las áreas formativas con mayor demanda.
La guinda, como todos los años, la colocó sobre el escenario del Pabellón Multiusos el conjunto instrumental bajo la dirección del coordinador musical de la Escuela: Emilio Cano. El conjunto, que dada la larga duración del acto tuvo que reducir su programa, cerró la velada musical con el preceptivo “Bravo por la música”.
No se equivocaron los músicos locales que hace casi veinte años soñaban con una escuela de música donde la formación comenzase por los más pequeños para cimentar con solidez una buena educación musical en Membrilla. Muchos de estos músicos se echaron sobre los hombros la dura tarea de luchar por ello y no dejaron de trabajar año tras año, tirando del pesado tren de la administración local, hasta conseguir lo que hoy es ya una realidad consolidada cada día gracias al tremendo trabajo de los profesores: Una joven Escuela de Música perfectamente organizada que demanda a gritos la construcción de una sede definitiva, más amplia y adecuada a la demanda de la población y a la calidad de las enseñanzas impartidas. De momento un dato positivo más: tras el periodo de preinscripción se prevé un nuevo aumento de las matriculaciones para el curso 2010/2011.