El grupo de teatro El Atardecer ha conquistado este fin de semana al público de Membrilla con su entrañable y divertida puesta en escena de “El abuelo Curro”, de Fernández de Sevilla y Hernández Mir. Con un sencillo montaje escénico y después de muchas horas de intenso trabajo dirigido por Joaquín Sánchez Prieto, el elenco habitual de actores del grupo, al que se han sumado nuevas incorporaciones, trasladó al público asistente a la época de la República y a la vida cotidiana de una familia de empresarios de la construcción, con sus luces y sus sombras, sus logros y sus miserias. Y en el centro de la trama, la humana e ingeniosa presencia del abuelo Curro, que todo lo ve y todo lo sabe y todo lo endereza con su peculiar visión del mundo y del hombre.
Gran interpretación de Juan Antonio Quiñones en el papel del abuelo octogenario, eje de la familia, llevando el peso central de la historia y generando divertidas intromisiones en las vidas ajenas, cadena y pijama incluidos. Acompañan en los papeles destacados de la obra Francisco Villahermosa (Paco, el hijo) y Antonia Quiñones (Trini, su engañada y seca mujer), ambos brillantes como siempre, además de José Fernández (Francisco, el nieto arquitecto) y Julia Torres como Elvira, su olvidada esposa.
Completaron el reparto Francisco Jiménez, Antonia Quiñones y Rosario Elipe, dando vida a Remigio, Lucía y Jacinta, el sufrido trío al servicio de la casa; Tomasa Alcaide, reinventando la figura de La Nati, la amante algo fiera y bastante fresca del hijo; el debutante Francisco Ballesteros, indeciso e insistente intento de amante de Elvira, socio y amigo del propio esposo; y el desternillante y natural Escayola, en la piel de José Crespo, alma cándida e irreverente surgida del mismo andamio de la obra.
Destacar la labor de dirección realizada por Joaquín Sánchez-Prieto durante los últimos meses, desde los inicios mismos de la elección de la obra hasta el momento de la representación, y el trabajo en la sombra de Lucía Sánchez Elipe, la apuntadora que da seguridad y fuerza al grupo de actores.
“El Atardecer” ha llenado la Casa de Cultura, durante dos días en los que colgaron el cartel de aforo completo, de dos horas de buen teatro, divirtiendo al público con su propia diversión y entrega, implicando a los asistentes en unos conflictos demasiado humanos y muy cercanos pese a que la historia data de 1932. Un espléndido trabajo de este genial grupo de actores aficionados, la mayoría de ellos abuelos, que ya nos tiene acostumbrados desde hace años a grandes veladas con títulos como Noche de Lobos, La Malquerida... que han marcado la vida cultural de la localidad.