Respecto a visita a las Cruces de Mayo, vinculada sobre todo a la noche del día 2, escribíamos: “Nunca se deja de aprender de esta celebración, también en Membrilla, y su enseñanza se atesora año tras año en los múltiples matices que los “diseñadores” le aportan, haciendo del recorrido de las cruces un verdadero descubrimiento de ritos antiguos, de lecciones de fe cristiana, de tradiciones populares y de nuestra propia historia, a fin de cuentas.”
Basta pararse un tiempo delante de una de estas cruces vestidas, mirar con cuidado y atención, -también preguntar mucho al autor-, para descubrir estos elementos.
Recogemos aquí uno de ellos que hemos titulado con una de las expresiones que tantas veces nos han repetido nuestros abuelos de niños: “Las golondrinas son de Dios.”
El detalle es ya habitual en la trayectoria de la cruz que viste la familia Martín Calero: unas golondrinas junto a la corona de espinas que ciñó la frente de Cristo en los momentos de la Pasión y Muerte.
Las golondrinas están íntimamente ligadas a estos momentos de la vida de Jesús a través de numerosas tradiciones, textos apócrifos y leyendas pías que se han ido trasmitiendo a lo largo de los siglos y que a nosotros han llegado de la mano de nuestros abuelos.
De este modo, nos cuentan que cuando Jesús se encontraba crucificado en el monte Calvario, -coronado de espinas desde el momento de la tortura que sufrió en el pretorio-, un grupo de golondrinas se acercaron hasta el madero y empezaron a retirar, una a una, las espinas de la corona para aliviarle su sufrimiento.
Los mayores siguen relatando que las golondrinas antes eran blancas, pero cuando Jesús murió en la cruz, cambiaron parte de sus plumas al color negro, vistiendo desde entonces una capa de luto en honor a Jesús. La mancha roja que suele tener su plumaje en la zona del cuello y pecho, sería la sangre del Señor, que les había salpicado en el momento de retirar las espinas.
Las golondrinas ya eran especiales en el antiguo Egipto y gozaban de un especial estatus en la mitología griega y romana, como benefactoras emisarias de la primavera, pero desde este momento en el Calvario la tradición cristiana las ha convertido en un ave muy respetado, al que no se debe dañar, ni matar, porque “las golondrinas son de Dios”. Incluso destruir sus nidos, que las golondrinas construyen con barro casi siempre en el mismo lugar de los hogares, está prohibido, considerándose una señal de mala fortuna, tanto para la casa que lo pierde como para el autor del daño.
La historia ha trascendido de generación en generación a través del folclore popular español, también el manchego, retratada en estrofas, alguna con metro de seguidilla, que suelen cantarse, precisamente, en muchas cruces, a modo de mayo:
“En el monte Calvario,
las golondrinas
le quitaron a Cristo
las mil espinas.”
O esta otra:
“Ya bajan las golondrinas
con el vuelo muy sereno
a quitarle las espinas
a Jesús de Nazareno.”
Un mito de gran belleza que este año, una vez más, ha vuelto a estar presente en las cruces de mayo de Membrilla.
Junto a ellas, en la Cruz de la familia Martín Calero, un Rosario de luz rodeando el madero, que se alza triunfante sobre un monte donde nunca faltan las referencias a la institución a la Eucaristía y los atributos de la Pasión: tenazas, clavos, martillos, jarra...
Otras leyendas vinculadas
La vinculación de las golondrinas a lo divino, a la vida de Jesús, es una tradición con tanta fuerza que aparece retratada en numerosas tradiciones y leyendas europeas.
Muchos intentan explicar su origen en el apócrifo Evangelio de la infancia de Santo Tomás, texto del siglo II que narra episodios de la infancia de Jesús. Comienza con una hermosa historia en la que se intenta buscar la razón de porqué estas aves acudieron años después a aliviar el sufrimiento de Jesús, pese a que en este y otros textos apócrifos aparecen descritos como gorriones o pajarillos.
“II 1.El niño Jesús, de cinco años de edad, jugaba en el vado de un arroyo, y traía las aguas corrientes a posar, y las tornaba puras en seguida, y con una simple palabra las mandaba.
2. Y, amasando barro, formó doce golondrinas, e hizo esto un día de sábado. Y había allí otros muchos niños, que jugaban con él.
3. Y un judío, que había notado lo que hacía Jesús, fue acto seguido, a comunicárselo a su padre José, diciéndole: He aquí que tu hijo está cerca del arroyo, y, habiendo cogido barro, ha compuesto con él doce pájaros, y ha profanado el sábado.
4. Y José se dirigió al lugar que estaba Jesús, lo vio, y le gritó: ¿Por qué haces, en día de sábado, lo que no está permitido hacer? Pero Jesús, dando una palmada, y dirigiéndose a los gorriones, exclamó: Volad. Y los pájaros abrieron sus alas, y volaron, piando con estruendo.
5.Y los judíos quedaron atónitos ante este espectáculo, y fueron a contar a sus jefes lo que habían visto hacer a Jesús.”
En otras versiones, el judío enfadado pretende pisar y destruir las aves de barro modeladas, que se salvan al tomar forma viva.
Por el contrario, otras leyendas intentan buscar una continuación a la historia del Calvario. Así la leyenda recogida por el poeta Francisco Acaso y que se cita en la zona de la madrileña sierra de Guadarrama: La primera golondrina en quitar una espina a Jesús, salió volando con ella en el pico y viajó, perdida y errante, durante mucho tiempo, hasta que cayó rendida sobre la cima de un monte que, desde entonces, recibió su nombre: El Cerro de La Golondrina, en Navacerrada.
Louis Charbonneau Lassay recoge otra vinculación de la golondrina con la vida de Jesús, esta vez con el episodio de la Resurrección: “Una leyenda armenia de gran antigüedad cuenta que la noche de Viernes Santo todas las golondrinas de Judea y Galilea se reunieron en torno a la tumba de Jesús y al alba de Pascua cuando él había resucitado, todas por parejas partieron batiendo sus alas hacia todos los países del mundo para portar la buena nueva: El Señor ha resucitado ¡Aleluya!” (Bestiario de Cristo. Simbolismo animal en la Antigedad y la Edad Media)
Son infinitos los mitos y leyendas en torno a la vida y de la Pasión de Jesús en los que aparece la golondrina. Basta prestar un poco de atención a las historias, los cantares, poemas e incluso la iconografía y el arte que ha llegado hasta nosotros, sobre todo desde el Renacimiento. ¿Quién se ha percatado de la simbólica presencia de la golondrina, testigo de la Anunciación del ángel a María, en el cuadro de Fra Angelico?