Una Seguidilla de Membrilla y un mensaje de aliento para celebrar el Día Internacional de la Danza

Una Seguidilla de Membrilla y un mensaje de aliento para celebrar el Día Internacional de la Danza

Cada 29 de abril, desde el año 1982, se celebra el Día Internacional de la Danza. Y aunque la fecha elegida recuerde al creador del ballet moderno (J.G. Noverre), no hay que olvidar que la danza es un patrimonio de la humanidad desde el origen de los tiempos, en todas las sociedades, en todas sus formas y disciplinas, como inigualable modo de expresión.

Proponemos dos regalos que nos hacen hoy para celebrar en Membrilla este día de la danza:

Por un lado, rescatamos la emotiva Seguidilla de Membrilla que hace unas semanas lanzaba al mundo la Asociación de Coros y Danzas Fuente Agria, de Puertollano. Un homenaje a la pieza musical más emblemática, no sólo de Membrilla, sino de toda Castilla-La Mancha. Composición de belleza singular que en otros tiempos, lejos del confinamiento, estaba acompañada por grupos y rondallas en uno de los bailes más elegantes del folclore manchego. La Seguidilla de Membrilla nos sirve también en estos días de homenaje a nuestros mayores, los que nos la legaron, y que están sufriendo como nadie las consecuencias de esta pandemia.


Por otro lado, compartimos el emotivo mensaje del Día Internacional de la Danza 2020, a cargo este año de Gregory Vuyani Maqoma, bailarín, coreógrafo, docente y actor sudafricano, y fundador del Vuyani Dance Theatre. Un mensaje lleno de sensibilidad y esperanza en medio de la pandemia:  

 

Fue durante una entrevista que tuve recientemente que pensé profundamente en la danza.

¿Qué significa para mí? En mi respuesta tuve que analizar mi viaje y me di cuenta de que todo se trataba de un propósito y que cada día presenta un nuevo desafío que hay que enfrentar y es a través de la danza que trato de dar sentido al mundo.

Estamos atravesando tragedias inimaginables en un tiempo que mejor podría describir como la era post humana. Más que nunca necesitamos bailar con un propósito para recordar al mundo que la humanidad todavía existe. El propósito y la empatía deben prevalecer a lo largo de años y años de innegable paisaje virtual, de disolución que ha dado lugar a una catarsis de dolor universal que invade la tristeza, la dura realidad que sigue impregnando a los vivos y a los que se enfrentan a la muerte, el rechazo y la pobreza. Nuestra danza debe más que nunca dar una fuerte señal a los líderes mundiales, a aquellos a quienes se les confía salvaguardar y mejorar las condiciones humanas de que somos un ejército de pensadores furiosos y que nuestro propósito se esfuerza por cambiar el mundo paso a paso.

La danza es libertad y a través de ella debemos liberar a los demás de las trampas que enfrentan en diferentes rincones del mundo. La danza no es política, sino que se vuelve política porque lleva en su fibra una conexión humana y por lo tanto responde a las circunstancias en su intento de restaurar la dignidad humana.

A medida que bailamos con nuestros cuerpos cayendo en el espacio y enredando juntos nos convertimos en una fuerza de movimiento tejiendo corazones, tocando almas y proporcionando curación que es tan desesperadamente necesaria.

Y el propósito se convierte en una sola danza hidra, invencible e indivisible. Todo lo que necesitamos ahora es bailar ¡Un poco más!

 

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Cada 29 de abril, desde el año 1982, se celebra el Día Internacional de la Danza. Y aunque la fecha elegida recuerde al creador del ballet moderno (J.G. Noverre), no hay que olvidar que la danza es un patrimonio de la humanidad desde el origen de los tiempos, en todas las sociedades, en todas sus formas y disciplinas, como inigualable modo de expresión.

Proponemos dos regalos que nos hacen hoy para celebrar en Membrilla este día de la danza:

Por un lado, rescatamos la emotiva Seguidilla de Membrilla que hace unas semanas lanzaba al mundo la Asociación de Coros y Danzas Fuente Agria, de Puertollano. Un homenaje a la pieza musical más emblemática, no sólo de Membrilla, sino de toda Castilla-La Mancha. Composición de belleza singular que en otros tiempos, lejos del confinamiento, estaba acompañada por grupos y rondallas en uno de los bailes más elegantes del folclore manchego. La Seguidilla de Membrilla nos sirve también en estos días de homenaje a nuestros mayores, los que nos la legaron, y que están sufriendo como nadie las consecuencias de esta pandemia.


Por otro lado, compartimos el emotivo mensaje del Día Internacional de la Danza 2020, a cargo este año de Gregory Vuyani Maqoma, bailarín, coreógrafo, docente y actor sudafricano, y fundador del Vuyani Dance Theatre. Un mensaje lleno de sensibilidad y esperanza en medio de la pandemia:  

 

Fue durante una entrevista que tuve recientemente que pensé profundamente en la danza.

¿Qué significa para mí? En mi respuesta tuve que analizar mi viaje y me di cuenta de que todo se trataba de un propósito y que cada día presenta un nuevo desafío que hay que enfrentar y es a través de la danza que trato de dar sentido al mundo.

Estamos atravesando tragedias inimaginables en un tiempo que mejor podría describir como la era post humana. Más que nunca necesitamos bailar con un propósito para recordar al mundo que la humanidad todavía existe. El propósito y la empatía deben prevalecer a lo largo de años y años de innegable paisaje virtual, de disolución que ha dado lugar a una catarsis de dolor universal que invade la tristeza, la dura realidad que sigue impregnando a los vivos y a los que se enfrentan a la muerte, el rechazo y la pobreza. Nuestra danza debe más que nunca dar una fuerte señal a los líderes mundiales, a aquellos a quienes se les confía salvaguardar y mejorar las condiciones humanas de que somos un ejército de pensadores furiosos y que nuestro propósito se esfuerza por cambiar el mundo paso a paso.

La danza es libertad y a través de ella debemos liberar a los demás de las trampas que enfrentan en diferentes rincones del mundo. La danza no es política, sino que se vuelve política porque lleva en su fibra una conexión humana y por lo tanto responde a las circunstancias en su intento de restaurar la dignidad humana.

A medida que bailamos con nuestros cuerpos cayendo en el espacio y enredando juntos nos convertimos en una fuerza de movimiento tejiendo corazones, tocando almas y proporcionando curación que es tan desesperadamente necesaria.

Y el propósito se convierte en una sola danza hidra, invencible e indivisible. Todo lo que necesitamos ahora es bailar ¡Un poco más!

 

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