El Grupo de Teatro El Atardecer se sirvió el pasado fin de semana del tópico de que “la edad es un estado mental” para demostrarnos que no hay barreras para un grupo de jubilados de Membrilla, ni siquiera las impuestas por obras como Dinero Negro, del británico Ray Cooney, en las que el vertiginoso ritmo sobre escena la elevan a unos importantes niveles de complejidad.
Era el principal temor del director, José Sánchez-Prieto, y del elenco de actores: enfrentarse, “a sus años”, -decían-, a la endiablada trama de equívocos, mentiras y malentendidos que configuran la obra desde el minuto uno, hilando la desquiciada historia de Miguel en su acuciante búsqueda de una salida-escapada a la nueva situación que ha traído a su vida un maletín de dinero negro procedente de la mafia rusa. Y todo tras poco más de tres meses de ensayos y dedicación.
Con mucho humor, -y mucha generosidad, como siempre-, los más veteranos de los escenarios de Membrilla se metieron en la piel de los desatinados personajes de Cooney para regalarnos dos horas de sinceras carcajadas. Así, Paco Ballesteros en el papel de Miguel, y Pepi Martín de la Leona, grande y especialmente divertida encarnando a su mujer Rosa. Les acompañaron sobre las tablas los cuñados Nati y Pablo, bien resueltos por Tomasa Contreras y Gaspar Fernández. El papel de la justicia recayó en la poli corrupta, la Inspectora Rius de Rosario Sánchez-Elipe, y el poli bueno, el sufrido inspector Gutiérrez construido por Ramón Fierrez; un personaje tan impacientado por todos como la taxista Paca, Antonia Quiñones, que sin embargo pasó de ser la víctima del devenir de los acontecimientos a la más resolutiva e inteligente de la trama. En su breve y maltrecho papel del Sr Cortero, Pepe Herrera, con apuntes de Juani Ruiz tras bambalinas.
Todos supieron sobrevivir, a duras penas, al ritmo de una historia que se complicaba y se componía por momentos, a las llamadas de la mafia rusa, al acoso policial, a las “relaciones abiertas”, a los accidentes de tráfico, e incluso al alcohol… en una obra donde compartieron el protagonismo con los actores varios elementos de atrezo: un teléfono, una botella de brandy, una manta y, sobre todo, un maletín lleno de dinero negro.
Homenaje a José Crespo
El grupo de teatro El Atardecer no quiso volver a abrir el telón de la Casa de Cultura de Membrilla sin realizar un homenaje a la figura de Pepe Crespo, su compañero durante muchos años sobre los escenarios, que nos dejó en octubre tras una dura enfermedad. De este modo, la terna de representaciones de Dinero Negro se abrieron el viernes con las palabras del actual director del grupo, José Sánchez-Prieto, en recuerdo del genial, hilarante, humano y sencillo Pepe, que tantas tardes de risas y teatro nos ha regalado sobre las tablas: “Buenas noches, querido público: Es noche de estreno y queremos dedicársela a nuestro compañero y amigo recientemente fallecido, José Crespo. Cómo no recordarlo en los ensayos y en el escenario dando vida a los personajes que se le encomendaban, con la tranquilidad que le caracterizaba y sabiendo enfurecer cuando el texto así lo requería dando vida a personajes como Juan, en La locura de Don Juan; Escayola, en El abuelo Curro; Lázaro, en Su desconsolada esposa; Adam, en La chica de Buenos Aires; Abelardo, en Ponte el bigote, Manolo; Anacleto, en Anacleto se divorcia… Todos aprendimos de tu buen hacer. Te recordaremos siempre. Esta noche es para ti.” |