Un grupo de amigos que acudieron a la convocatoria de “Los Faranduleros”, rendían homenaje a La Mancha en la noche del sábado 27 de Octubre.
Allí estaba Andrés Sevilla, curtido en tablas con mil y una Zarzuela a sus espaldas; Francis Alhambra el cantautor de voz melodiosa y aterciopelada, con varios discos grabados; la voz frágil y llena de sentimiento de Ramoni Andújar, que daba lectura a un trabajo propio creado para esta noche; Gema Ballesteros sorprendiéndonos en su debut en público como solista, homenajeando las singulares faenas de la mujer campesina de hace un tiempo; Rufi Cordero, profesora de canto, con su voz firme, segura y asombrosa que se multiplico, para poner fondo musical, violín en mano, a un sentido poema de Vicente Cano declamado por la habitual y polifacética Manuela Jiménez.
También formaba parte de este grupo de amigos, Paco Ballesteros que puso garra y fuerza en tres historias “poemadas” y sugerentes de “un hombre campirano”; y Alicia Jiménez y Ana Perona que llevaron el peso, con sus extraordinarias voces, de un programa completísimo y variado de intervenciones musicales y poéticas que tuvo uno de sus momentos más brillantes con la intervención de Cosme Lozano entonando, campanillas en ristre, “la gañanada”, para traer a la memoria de muchos a Luis “el amante”, a quien se le atribuye su creación.
¡Que buenos mimbres para fabricar un cesto!.
Una noche de nostalgia, recuerdos, vivencias, música y poesía, en la que no pudo faltar la canción de “El Sembrador” y la romanza “Las espigadoras” de la “Rosa del Azafrán”; “Un sueño imposible” y “Dulcinea” del musical “El hombre de la Mancha”;”Somewhere over the Rainbow” del “Mago de Oz” o “La tarántula” de la Zarzuela “La Tempranica”; ni los “poemas musicados” del solanero Santiago Romero de Ávila, que junto a los textos de Antonio Machado, Juan Alcaide, Vicente Cano y de “Los Faranduleros” tejieron un espectáculo variado y de gran nivel artístico e hicieron pasar un rato agradable a los espectadores que acudieron a la Casa de Cultura de Membrilla, para llenar su aforo y que aplaudieron y vitorearon con mucho entusiasmo todas y cada una de las intervenciones.
Lo dicho: Una velada para recordar.