Pedro Almarcha Jiménez, Maestro e Investigador local, ha ganado con su trabajo “Las fiestas, costumbres, diversiones y excesos en Membrilla durante el siglo XVIII” el Premio de Investigación Histórica, social, cultural, costumbrista o popular relacionada con Membrilla convocado dentro de las Jornadas Culturales Lope de Vega 2009 por la Concejalía de Cultura. El premio le fue entregado por el alcalde de la localidad durante el acto organizado con motivo de la celebración del Día del Libro el pasado jueves en la Casa de Cultura. La obra ganadora es un extenso e impecable estudio sobre la vida y el uso del tiempo libre en nuestra población durante el siglo XVIII, una época hasta ahora bastante desconocida y que podremos vivir, entender y disfrutar a través de esta investigación.
Narrado con la sencillez y la precisión habituales en Pedro Almarcha, el estudio es un verdadero regalo para los vecinos de Membrilla fruto de la ya conocida generosidad del autor, que con su continua entrega a la labor de investigación, a la que dedica gran parte de su tiempo libre, ha conseguido recuperar y transmitir una parte importante de la historia de nuestra localidad.
“Las fiestas, costumbres, diversiones y excesos en Membrilla durante el siglo XVIII”, comienza con una descripción socioeconómica de la Membrilla de finales del siglo XVII que nos sirve para entender las características que tendrá el uso del tiempo libre durante el siglo XVIII, marcado por una vulgarización de las fiestas, cada vez más laicas. Pedro Almarcha realiza un interesante recorrido por los lugares donde se realizan los festejos y diversiones, generalmente casas, plazas y mesones y hace una relación de los principales elementos que componen esos festejos: Las bebidas y vinos aromatizados, que nos han llegado hasta hoy a modo de zurras y serranas; el noticiero, localizado en casas, plazas, mesones, posadas e iglesia; los bailes y músicas; los toros y la caza; la popular pólvora... Destaca su investigación sobre los juegos de azar, prohibidos sobre todo desde la publicación de la Pragmática sanción de 1772, y los juegos permitidos, por lo general vinculados al ejercicio físico y las labores agrarias.
De especial interés es la aportación que Almarcha realiza al conocimiento de las fiestas que se celebraban en Membrilla, muchas de ellas ya desaparecidas: Carnaval, Semana Santa, Mayos, Desposorios, Corpus, Exaltación de la cruz vinculada a San Carlos del Valle, Rosario, Inmaculada Concepción, Fiesta de las ánimas... Sin olvidar la importancia de las costumbres nacidas en las fiestas particulares en casas con motivo de partos, bautizos y bodas y las celebraciones de carácter excepcional debidas a victorias militares o nacimientos y enlaces de príncipes o reyes.
Uno de los capítulos más curiosos es el dedicado a la vida galante y amorosa, no sólo por la ya comentada aportación al conocimiento general, sino por el toque divertido con el que el autor describe una sociedad marcada por el escándalo publico y la censura popular, donde estos usos están limitados al entorno laboral, festivo o religioso. No faltan en Membrilla las rondas nocturnas más o menos honestas y las “mujeres de vida poco virtuosa” por lo general vinculadas al entorno de los mesones y posadas. El autor realiza un peculiar paseo por una sociedad en la también están presentes las relaciones extramatrimoniales, los amancebamientos, las bodas desiguales y las incontinencias con mujeres casadas.
Y para terminar, del mal uso de este tiempo libre se derivan, como era de esperar, los excesos, los atentados contra el orden público y buenas costumbres personificados en las figuras de maleantes, vividores y blasfemos. Y, como una cosa lleva a la otra, aparecen las disputas, las agresiones y la utilización de espadas y otras armas.
Un exhaustivo e impresionante estudio, en fin, nacido de muchas horas de trabajo e investigación, que nos ayuda a conocer mejor la Membrilla del Siglo XVIII y nos permite entender el porqué de las tradiciones, los usos y las costumbres propias de la Membrilla de nuestros días. Enhorabuena, Pedro. Y gracias.