La Cofradía de la Santa Veracruz de Membrilla ha iniciado las obras de policromado de su talla titular de Cristo Resucitado con la que concluyen las actuaciones en torno a esta imagen, que quedará así completa tras la intervención. La policromía ha sido encargada al restaurador Jesús Puche Marfil, hasta cuyo taller se desplazaron el pasado domingo varios miembros de la junta directiva, presidida por María Muñoz, para trasladar la imagen. Un traslado en el que estuvieron acompañados por la Hermandad de Jesús Nazareno, inmersa también en estas fechas en la restauración de su imagen titular del Nazareno.
La actual junta directiva de la Cofradía de la Santa Veracruz tenía entre sus objetivos prioritarios realizar la policromía de la talla de Cristo Resucitado, una escultura en madera de abedul que aún permanecía sin policromar, buscando que la imagen luciese con mayor esplendor y adquiriese más vida en la mirada, sobre todo considerando que los ojos no son de cristal, sino parte de la misma talla en madera.
Hace varios años, la talla fue sometida a un proceso de patinado con cera para protegerla, pero los efectos a largo plazo han sido negativos, pues atrae el polvo que junto a la luz han deteriorado y oscurecido el color natural de la madera.
La imagen permanecerá varios meses en el taller, donde será sometida a un proceso de limpiado antes de la policromía final, que respetará el color del lino del sudario y proporcionará más vida y naturalidad en las encarnaduras.
La talla de Cristo Resucitado en la Semana Santa de Membrilla
La talla es una de las más recientes en su incorporación a la Semana Santa de Membrilla. Se adquirió en 1996, tras la restauración del templo parroquial, a instancias de los párrocos de Membrilla D. Luis Sevilla y D. Eulalio Asensio para sustituir la imagen del Resucitado que poseía la cofradía: una pequeña talla de yeso adquirida tras la guerra civil (1945), que ahora se guarda en la Capilla de la Soledad, en San Miguel. Recordemos que la antigua imagen del Resucitado, que procesionaba desde el siglo XVIII, junto con el resto de imágenes, retablos y enseres de la cofradía, desaparecieron en el contexto de la Guerra Civil del 36.
El Cristo Resucitado permanece durante todo el año en una hornacina de la Capilla Penitencial de la parroquia. Procesiona el Domingo de Pascua sobre la carroza de la hermandad, una verdadera obra de arte local que representa un Viacrucis tallado en madera de cedro y caoba, acompañado por los penitentes de la hermandad de la Cofradía de la Veracruz. Junto a ellos, el paso de palio de la Virgen de la Esperanza de la Hermandad de la Soledad y Virgen de la Esperanza. Ambas imágenes protagonizan un multitudinario encuentro en la Plaza del Azafranal.
