Fiel a su cita anual con el teatro, el Grupo Cultural "El Galán de la Membrilla" representa durante este fin de semana la obra de Carlos Arniches La venganza de la Petra, bajo la dirección de Juanjo Rodríguez. Ayer viernes tuvo lugar la primera función, que contó con el favor de un público complacido y dispuesto a pasar un buen rato, y que prácticamente llenó las butacas de la Casa de Cultura.
La obra, a la manera de los sainetes extensos de Carlos Arniches, fue publicada y representada por vez primera en 1917. Dividida en dos actos, avanza en un tono jocoso entre los enredos de una familia burguesa del Madrid de principios de siglo. Haciendo alarde de un lenguaje frívolo y despreocupado, cargado de madrileñismos, que los actores quisieron en cierto modo adaptar al gusto y la dicción locales, los personajes van desplegando continuos chistes y juegos verbales capaces de despertar la risa del más apagado espectador.
Los enredos y los juegos de apariencias se desatan cuando la protagonista, Petra, se presenta en casa de sus padres contándoles que abandona a su marido porque no puede aguantar más sus juergas y su indiferencia. A partir de ahí, con un padre al que cuesta arrancar de la cama hasta cerca del mediodía, y la visita de unos suegros embelesados con su joya de Manolo, el juerguista empedernido, se desata una carcajada continua con las ocurrencias y cuchufletas de todos los personajes. El padre, Nicomedes, ya levantado, urdirá un plan para, sin comprometer a su hija, devolver a su marido a la tranquilidad del hogar como un manso cordero, bajo el yugo suave de los celos.
El previsible final feliz, tan propio de la comedia burguesa de principios del siglo XX, no reduce la eficacia humorística de una obra basada en los diálogos vivos e ingeniosos. Así lo sintió el público, que desde las primeras intervenciones de los personajes no cesó de reír a plena carcajada. A veces de forma tan viva, tan estentórea, y con comentarios tan al hilo, que pudiera considerarse que participaba en la obra.
Las vestimentas abultadas de las señoras, con el aire afectado y grotesco de sus movimientos, la pachorra de un padre dormilón, el deje del marido juerguista y chulo, contribuyeron a que el público mostrara su energía risueña más allá de las gracias verbales del texto. Son especialmente reseñables, en este aspecto, dos puntos de la puesta en escena: el primero, el manejo del lenguaje madrileño, saleroso y ajustado al modelo, de don Bibiano, representado por Vicente Ballesteros, que llevó este estilo con especial donaire incluso a sus movimientos más naturales. El segundo punto fue la acertada, sobresaliente, ingeniosa interpretación del barbero Conesa, llevada a cabo por José B. Jiménez: con una gesticulación vivaz y continua, y una modulación de la voz que se sabía adecuar a las situaciones más risibles y a los juegos de palabras más sagaces, este actor despertó con sus cómicas intervenciones los aplausos más sonados de la noche. El público, en plena risotada colectiva, interrumpió hasta tres veces el transcurso de la obra premiando con palmas sus salidas de escena.
En definitiva, La venganza de la Petra, con la marca del Grupo Cultural "El Galán de la Membrilla", asegura la risa en el pueblo durante todo el fin de semana, pues a la representación de ayer se sumarán la de esta noche y la de mañana domingo, para las que ya están casi todas las localidades vendidas. Un acierto para un público propicio y con ganas de reír.