Tras los éxitos cosechados en Membrilla con este mismo programa y en el Paraninfo de la Universidad regional en Ciudad Real, esta vez sin la presencia del coro, la Asociación Musical Maestro Emilio Cano de Membrilla, dirigida en esta ocasión por Emilio Cano, y Mansil Nahar de Manzanares llevaron su Antología de la Zarzuela hasta el Gran Teatro donde más de 600 espectadores pudieron disfrutar de su extraordinaria propuesta musical.
El acto se inició con un minuto de silencio que tanto los componentes de las agrupaciones musicales como el público guardaron en memoria de Rogelio García, músico de Manzanares recientemente fallecido.
A los compases de La Gran Vía entraron los componentes del coro desde el patio de butacas dando inicio a un espectacular concierto donde la gran protagonista fue la zarzuela en un recorrido musicalmente impecable por la historia de este castizo género: Desde los acordes novedosos de aquellas primeras zarzuelas del siglo XIX nacidas de grandes creadores como Barbieri y Chueca hasta las piezas más significativas del tránsito entre siglos en las notas de Gerónimo Jiménez, sin olvidar las grandes composiciones de su época dorada de la mano de Vives, Sorozabal, Alonso o autores tan nuestros como Jacinto Guerrero.
De la siempre magnífica interpretación del coro, dirigido por Francisco Román, destacaron sobre todo las voces solistas: Rufi Cordero en la Canción de Paloma del Barberillo de Lavapiés y las Carceleras de Las hijas del Zebedeo; Rafa Sánchez-Gil en la Habanera de La Gran Vía y Las Espigadoras de La Rosa del Azafrán; el matrimonio formado por Juani Fernández Pacheco y Ángel Morcillo en Las Sombrillas de Luisa Fernanda; y Agustín Sánchez en El Sembrador de La Rosa del Azafrán y el Canto a Murcia de La Parranda.
Después de la gran interpretación instrumental de La Boda de Luis Alonso, los músicos y el coro regalaron como bis su particular interpretación de Los Nardos, que en la voz de Juani Fernández-Pacheco, bajaron hasta el mismo patio de butacas para ser repartidos, también en su modalidad floral, entre el público asistente.
Emilio Cano, como director en esta ocasión de la banda de música, tuvo unas palabras finales de agradecimiento al público, por su asistencia, y a Gustavo Ramírez, director titular, por permitirle disfrutar en ese escenario que tantos recuerdos le traía no solo a él, sino a otros músicos como Félix, Vicente, Rafa, Gustavo, Jesús Manuel, Rafael, José Antonio... que han sido durante muchos años colaboradores en la banda de Manzanares. Por eso la Asociación Musical Maestro Emilio Cano no podía dejar el escenario sin que sonase el pasodoble Gratitud del manzanareño Maestro Maroto. En los primeros compases el público rompió en aplausos: el único modo que tenían para certificar, y agradecer a su vez, que realmente habían asistido a una velada musical extraordinaria.