Trío Organum, conjunto formado por Rafa Ramírez (trompeta) Vicente Alcaide (trompeta) y Alberto de las Heras (órgano), fue el encargado de abrir el VII Ciclo de Música Sacra Maestro de la Roza en el majestuoso marco de la iglesia de San Isidoro el Real de Oviedo con In Dulce Jubilo, un recital sobrio y elegante de trompetas y órgano litúrgico cimentado sobre el mejor barroco alemán y magnificado por las extraordinarias condiciones acústicas del templo.
La característico de esta formación, su gran gama de timbres y colores resultantes tanto de la profesionalidad de los tres componentes como de la propia combinación natural del sonido de las trompetas con los distintos registros del órgano, se vio enriquecida por dos elementos especiales: la utilización de la trompeta piccolo, barroca, que aporta un mayor brillo y agilidad al órgano y, en esta ocasión, el propio órgano en sí. El órgano litúrgico de San Isidoro el Real, joya del siglo XVII recientemente restaurada, no sólo ofrece unos sonidos limpios, precisos y melodiosos, sino que además entre sus registros figura la trompeta, multiplicando la sonoridad de las piezas barrocas ejecutadas por los músicos en una extraordinaria fusión de los tres instrumentos.
Trío Organum abrió el concierto con la fuerza de las trompetas barrocas en la fanfarria de Buxtehude Fanfarre & Chorus, pieza de la Cantata “Ihr lieben christen, freut euch nun”, para continuar con el dueto de cámara No, di voi non vo´fidarm, de G. F. Haendel, pieza aparentemente graciosa y fácil de tradición italiana pero de gran complejidad técnica. De Haendel se escucharía además la Sonata en Sib y la Sonata en Lab, de gran riqueza musical y de exquisita composición.
El imprescindible homenaje a J.S. Bach llegó con la interpretación de piezas como Herr Chirst, der ein'ge Gottes Sohn, In dulci jubilo y Wer nur den lieben, obras para órgano que pertenecen a las Corales Kirnberger.
Trio Organum introdujo el barroco italiano de la mano de Franceschini con su Sonata en Re en la que destaca el sorprendente juego de las trompetas barrocas. Como viene siendo habitual en sus conciertos, los músicos rompieron la regla barroca introduciendo en el programa el Ave María de Schubert, pieza romántica que fue muy aplaudida por el público de Oviedo.