El grupo infantil de Los Mimbrales de la Fuente, de Fuente el Fresno, y el grupo de bailes regionales de la Universidad Popular de Membrilla protagonizaron el pasado fin de semana un encuentro de bailes regionales en su más pequeña escala, y no porque la calidad del espectáculo desmereciera en lo más mínimo, sino por el tamaño de los protagonistas: Pequeños grandes artistas que inundaron el Pabellón del Espino con la alegría y la gracia del baile tradicional manchego al ritmo de sus castañuelas.
Abrió la velada el grupo visitante con un repertorio de danzas y canciones originales de Fuente el Fresno y de su vecina localidad de Urda. Los Mimbrales de la Fuente es una de las agrupaciones folclóricas más importantes de la provincia que tiene su origen en el año 1987 gracias al trabajo y la implicación de María Teresa Rabadán Garrido. Cuenta con un cuerpo infantil de baile compuesto por dos grupos de 25 y 10 componentes que, acompañados por una impecable rondalla, cautivaron al público asistente en una gran interpretación en la que presentaron los caracteres más típicos del folclore de su zona.
Un primer grupo, con su traje de gala compuesto por falda de rayas bordada en blanco, camisa negra y pechero blanco para ellas y pantalón negro, camisa blanca y fajín verde para ellos, interpretó la Jota de la Sinda, el Fandango del Tío-Tío, jota de la Boticaria y y una espectacular Mancha Manchega protagonizada por los graciosos e incipientes pasos de los más pequeños entre los pequeños.
Un segundo grupo, con falda azul bordada, camisa blanca y chalequillo negro las chicas y pantalón negro, camisa blanca y fajín azul bordado los chicos, mostró el arte de los que ya son un poco mayores con la Jota a Santa Quiteria, la Jota de los Tomillos, las Seguidillas de Herencia y la Jota del Aire.
Los pupilos de Manoli Muñoz
La segunda parte del encuentro estuvo protagonizada por los pequeños alumnos del curso de Bailes Regionales de la Universidad Popular, con Manoli Muñoz al frente. El origen de estas populares clases se remonta a finales de los años 80, con el gobierno de Joaquín Bellón. El entonces Concejal de Cultura, Antonio Arroyo Villa, encargó a Manoli Muñoz impartir unas clases de bailes regionales para los más pequeños en el marco de unos cursos de Primavera-Verano. Será en 1993, ya con Pedro Díaz Pintado en la alcaldía, cuando estas clases se integren en la recientemente creada Universidad Popular consolidándose como uno de los talleres más populares entre los más pequeños hasta nuestros días, con un número de matrículas anuales que oscila entre las 30 y las 40 en una horquilla de edad que comprende desde los tres años hasta los doce. Destaca este curso 2010/1011 el aumento de la participación de niños.
Los pupilos de Manoli Muñoz se distribuyen en tres grupos de bailes. Los más pequeños, el grupo de iniciación, dieron sobre el escenario sus primeros pasos artísticos con una divertida Jota Manchega. El grupo de seguimiento demostró su gran evolución interpretando la popular Jota de la vendimia y la Jota del Uno. Pero serían las mayores las que rubricasen el gran nivel de las clases impartidas demostrando cómo se baila la reina del folclore local y regional: La seguidilla de Membrilla. Cerraron su intervención con la Jota de Consuegra, la Jota enredá y el Fandango del Cristo.
Destacar de este encuentro el gran nivel del grupo infantil de Los Mimbrales fruto del enorme trabajo que en esa agrupación se realiza con los más pequeños y que se enriquece por el acompañamiento del cuerpo de rondalla. Y, sobre todo, destacar a nivel local el inmenso trabajo que la monitora, Manoli Muñoz, viene realizando a lo largo de estos más de veinte años en los que se ha formado a cientos de alumnos en uno de los pilares de nuestra cultura: el baile tradicional manchego. Un reconocimiento avalado por la fidelidad y el cariño de sus alumnos y que lleva a sumarse al llamamiento que se hizo desde la Universidad Popular en la presentación del acto: la invitación a las nuevas generaciones a participar en este curso, una de las principales fuentes, junto con las rondallas locales, de recuperación y mantenimiento de las raíces de Membrilla y una de las más importantes formas de mantener vivo nuestro folclore y nuestra cultura.