Tras medio centenar de actuaciones a lo largo de toda la geografía española, el grupo Trío Organum, con Rafa Ramírez y Vicente Alcaide a la trompeta y Alberto de las Heras al órgano, cerró anoche su tercera temporada de conciertos con una magistral interpretación en la Iglesia de la Asunción de Villahermosa.
El concierto se convirtió en una ocasión única para disfrutar de la música barroca en el marco incomparable de la iglesia, muy similar al templo parroquial de Membrilla tanto en sus elementos arquitectónicos originales como en los sucesivos procesos de restauración, y con la excepcional posibilidad de escuchar en directo las notas del impresionante órgano barroco de mediados del siglo XVIII; un instrumento de gran parecido al órgano litúrgico de nuestra parroquia de Santiago el Mayor, que lamentablemente fue destruido en su totalidad durante la Guerra Civil.
El órgano litúrgico de Villahermosa, sin embargo, conservó tras la contienda numerosos elementos externos que posibilitaron su completa restauración, concluida el año pasado gracias a un generoso impulso de la Junta. Como en el caso del de Membrilla, este órgano está colocado sobre una tribuna de madera tallada al lado del coro alto en el lado del Evangelio. De estilo barroco, el órgano es de madera de pino policromada y consta de una caja compuesta de cinco castillos, con cerca de un millar de tubos de nueva aleación y un cuerpo de trompetería horizontal de gran sonoridad.
El templo de la Asunción, fue testigo de un recital del barroco más selecto que, dadas las características del escenario y del momento, se convirtió en una oración navideña de extraordinaria factura, propia de grandes catedrales, y de profundo calado espiritual, tal como invitaba en los momentos previos el sacerdote de la parroquia.
Los asistentes al concierto pudieron disfrutar de las obras más representativas del barroco alemán con obras como la Sonatina 73 de J.C. Pezel con su diálogo entre trompetas y la exquisita elaboración del Concierto en Sib y la Suite en Re Mayor de Haendel; además de disfrutar de las Corales Kirnberger, muestra de las grandes obras organísticas de Bach, en las manos de Alberto de la Heras.
El contrapunto del barroco italiano llegó con las obras de Franceschini, y su particular uso de las trompetas en modo menor, y de Vivaldi, de gran ligereza y frescura. Como extra dentro del programa barroco, el Ave María de Schubert, en una gran interpretación de los dos trompetas del grupo.