El folclore local revivió el pasado fin de semana de la mano de tres generaciones de vecinos en una completa y variada muestra de música y baile que rescató para el público las piezas más significativas y características del repertorio de bailes populares de Membrilla. Así, sobre el escenario de la Casa de Cultura, tres grupos de nuestra localidad, Rondalla Marmaria, Grupo de Coros y Danzas de la Asociación de Jubilados y Pensionistas Virgen del Espino y el Grupo Infantil de Baile, regalaron al público asistente lo más selecto de su repertorio marcado por las características propias de cada una de las agrupaciones.
Inició la primera parte del acto la Rondalla Marmaria que presentó una recopilación pensada para ofrecer una amplia visión de los estilos de baile de la zona. Para ello rescataron dos piezas de su repertorio que hacía tiempo que no bailaban, la Jota del Quesique y las Seguidillas con jota, y ofrecieron un nuevo baile que han estado preparando estos últimos meses: La Jota de Piedrabuena. Completaron su actuación con la Jota de los Quintos, el Fandango del Cristo, la Malagueña de Villafranca y la Jota del Tomillar, sin olvidar una de las piezas más características de nuestro folclore local que también se ha hecho un hueco importante dentro del folclore regional y nacional: La Seguidilla de Membrilla.
La Rondalla Marmaria sigue ocupando un lugar importante dentro del panorama cultural de Membrilla por su intensa y continuada labor de recuperación y transmisión de la música popular local; una labor quizá poco reconocida pero de gran calado cultural puesto que hace años fue el único grupo de baile regionales de Membrilla y el que sirvió, como ya apuntábamos, de puente entre la tradición oral y los modos de los mayores (muchos de ellos formaron parte de la agrupación) y las nuevas generaciones de la localidad, hijos y nietos ya de aquellos primeros músicos.
La segunda parte del acto corrió a cargo del Grupo de Coros y Danzas de la Asociación de Jubilados y Pensionistas Virgen del Espino y el Grupo Infantil de Baile de la Universidad Popular, ambos dirigidos por Manoli Muñoz Serrano.
Los dos grupos plasmaron sobre el escenario el intenso vínculo existente entre las dos generaciones más distantes en el tiempo: los abuelos que crecieron bailando jotas y seguidillas y que tuvieron el folclore popular casi como única manifestación musical, y la nueva generación de nietos que pese al continuo bombardeo de ritmos y estilos han decidido hacer un hueco en sus vidas para aprender, en el seno de la Universidad Popular, los bailes de sus mayores.
Ambas agrupaciones de coros y danzas se alternaron sobre el escenario para desarrollar un programa variado que diese una amplia visión de las diferentes técnicas y estilos de cada uno de los bailes: Los mayores con seguidillas, malagueñas, jotas y fandangos. Las niñas, de entre siete y doce años de edad, con jotas y fandangos, además de unas sevillanas y una rumba. Y, como muestra del fuerte nexo intergeneracional, una jota bailada conjuntamente por ambos grupos.
Una gran velada donde el público pudo recordar, aprender y sobre todo aplaudir, a modo de agradecimiento, el difícil y duro trabajo que estos tres grupos realizan para mantener vivas nuestras tradiciones populares.