Un pueblo se siente más parte de su cultura cuando la cultura se acerca al pueblo. Con la idea de hacer llegar las actividades culturales a todos los barrios de Membrilla, el Ayuntamiento ha puesto en marcha un Ciclo de Conciertos de Barrio. Anoche ofreció el primero de ellos la Banda de Música Virgen del Espino, en un lugar poco acostumbrado a estos menesteres, la Plaza del Sitio.
La respuesta de los vecinos, tanto de ese barrio como de otros, fue la primera nota positiva de la noche. Varios cientos de personas llenaron el recinto cerrado de la plaza y la calle aledaña. Los músicos, situados en la parte más alta de la plaza, pudieron sentir su calurosa participación durante todo el concierto. Es de creer que la numerosa asistencia y el correcto comportamiento del público han de dar ánimos a los organizadores a repetir este tipo de actividades en otros barrios.
El concierto comenzó poco después de las diez de la noche. La Banda de Música Virgen del Espino estuvo dirigida por Jesús Herrera, y ofreció un repertorio dedicado a zarzuelas y otras piezas de música española. Arrancaron con dos pasodobles: Encuentro en Zuacorta, de Luis C. Martín, y Suspiros de España, de Antonio Álvarez Alonso. Siguió la pieza de zarzuela El barberillo de Lavapiés, de Francisco Asenjo Barbieri, con dos emotivos solos de trompeta y saxofón soprano, y una respuesta también emotiva y apresurada del público que llenaba la plaza. Dos pasodobles de concierto: Con el alma, de Ventura Cartagena, y Gloria al pueblo, de Perfecto Artola, completaron la primera parte. En este último, de nuevo hubo repetidos aplausos tras los solos de requinto y clarinete.
Continuaron con la selección de zarzuelas Mosaico lírico, de Francisco Grau, y el pasodoble El tío Caniyitas, de Ricardo Dorado. Una de las piezas más aplaudidas fue La concha flamenca, pasodoble muy querido por un público que volvió a demostrar su entusiasmo a mitad de la pieza, premiando con sus aplausos los soberbios solos de saxofón y clarinete. Antes de la última pieza, el pasacalles de zarzuela Los Nardos, de Francisco Alonso, el director dirigió unas palabras al público, agradeciéndole su asistencia y participación, y el seguimiento constante que viene haciendo de la evolución de esta banda en los últimos años. Acabada la pieza, llegó la ovación y la petición a gritos de otra, otra. Por este motivo, los músicos regalaron a los oídos de los asistentes dos bises: el chotis Madrid, y la pieza Carmen, que fue acompañada por el calor y las palmas del público.
Finalizado el concierto, el Ayuntamiento obsequió a los asistentes con un zurra, que sirvió para refrescar el ambiente tan cálido de la noche. Con este concierto empieza la serie de actividades organizadas para las fiestas locales, donde la buena música seguirá teniendo el protagonismo que le es debido.