El Belén Viviente de Membrilla volvió a acoger a los vecinos de la localidad en la jornada del 5 de enero, víspera de Reyes, sorprendiendo a los visitantes con novedosas propuestas, tanto escénicas como estructurales.
De nuevo, la mente creadora de Manolo Garcia, “el Castaño”, ha sido la guía para que los trabajadores del consistorio local levantasen desde la nada la población de Belén sobre los cimientos de la Plaza del Azafranal. A los habituales y mejorados emplazamientos evangélicos, como la posada, la majada de los pastores, el palacio de Herodes o el nuevo establo-portal, volvieron a sumarse los pequeños comercios regentados por los habitantes de Belén: la panadería, la fragua, la carpintería, los puestos de telas y alfombras… Pequeñas empresas que este año han visto aumentar su número con la novedosa aparición de una quesería y de una zapatería-guarnicionería, además de una alfarería ampliada.
No faltaron dos de los personajes más típicos de los belenes: Las lavanderas, que este año han visto nacer un nuevo río sobre la plaza del Azafranal, y las populares castañeras. Además, a las afueras de la ciudad podían verse las típicas cocinillas manchegas o los emblemáticos campos vestidos de invierno, recién concluida la poda en las viñas. Porque, a fin de cuentas, este Belén se ha levantado en La Mancha, y las formas y los tipos manchegos están muy presentes tanto en los oficios como en los espacios; en la ropa y en la música; en la comida y en los bailes.
Y como perfectos belenitas, los alumnos de 4º de la ESO del Instituto Marmaria de la localidad, contribuyendo a dar vida al Belén al tiempo que recaudan fondos para su viaje de fin de curso.
Por segundo año consecutivo, los grupos folklóricos de la localidad configurados en Rondallas (Rezuelo y Marmaria) pasaron la jornada a los pies del Portal amenizando a los visitantes con villancicos, jotas y seguidillas: Era la forma en la que Membrilla celebraba la Navidad y los maitines no hace mucho tiempo. También se mantuvo la iniciativa de Festejos de invitar a todos los habitantes de Belén y a los visitantes a unas migas preparadas por los mayores.
Como novedad, la representación de diferentes escenas evangélicas, desde la Anunciación hasta el Nacimiento de Jesús, preparadas por el grupo de teatro Las Andanzas de don Félix y representadas por los propios alumnos del instituto en pases de mañana y tarde.
Pero sin duda alguna, los grandes protagonistas han sido de nuevo los dos pollinos cedidos por el vecino José Romero; los dos revoltosos habitantes del Belén que acaparan el mayor número de visitas y de fotografías entre los más pequeños y entre los mayores, y que este año también se han estrenado como actores en la pequeña y aplaudida representación escénica.
Que el Belén Viviente se ha superado este año y ha estado aún mejor que el pasado ha sido el veredicto final de los vecinos de Membrilla. Un agradecimiento especial al trabajo y la implicación de tantas personas que lo hacen posible.
