La siembra representa el inicio de todo proceso en la alimentación. Por eso la 57 campaña de Manos Unidas «Plántale cara al hambre: siembra» es el inicio de una Campaña trienal 2016-2018 centrada en el hambre y la seguridad alimentaria mundial, que nos devuelve al origen de nuestra lucha. No podemos olvidar que Manos Unidas nació como campaña, para luego convertirse en la institución a la que la Iglesia en España le tiene encomendada la ayuda, promoción y desarrollo de los países del Sur.
Somos conscientes que en el mundo han crecido las posibilidades para que todas las personas puedan vivir dignamente y que la globalización no ha aportado justicia social, sino todo lo contrario, ha agrandado las distancias. Como dice el Papa, «la globalización nos ha hecho más cercanos, pero no más hermanos».
Nuestra campaña pone de manifiesto el conjunto de causas que impiden acabar con el hambre en el mundo:
• El mal uso de los recursos alimentarios y energéticos, la “paradoja de la abundancia”, un modelo de producción insostenible.
• Un sistema económico basado en el mayor beneficio.
• Nuestros estilos de vida y consumo. El desperdicio de los alimentos está permitiendo la vulnerabilidad y exclusión de los más débiles.
Las claves para abordar este problema las tenemos en la Doctrina Social de la Iglesia, que pone en el centro siempre a la persona, dándole un valor trascendente. Y en la Declaración Universal de Derechos Humanos, que defiende el derecho a la alimentación en un nivel de vida adecuado que incluya vivienda y asistencia sanitaria.
Los países en vías de desarrollo tienen su medio de vida en la agricultura, por eso nuestra campaña centra su actuación en: facilitar el acceso a la tierra, al agua y a las semillas; inversión en tecnología; apoyo a pequeños productores, organización de cooperativas, potenciando su representación en los gobiernos locales; reclamar a los estados que garanticen los derechos y asuman un compromiso político constante en pro de la personas.
Queremos invitar un año más a toda la sociedad a que se comprometa en la lucha contra el hambre, poniendo a su disposición nuestros recursos de educación para el desarrollo.
En el Año de la Misericordia proclamado por el Papa, tengamos presente cada uno nuestra responsabilidad a la hora de “dar de comer al hambriento”, unamos nuestras manos para ser voz de los que sufren la injusticia y para proponer cambios en los sistemas económicos y políticos.
Pelayo Dorado Alonso, presidente de Manos Unidas Ciudad Real
(Publicado en Con Vosotros)