La Puja, protagonista absoluta un año más del final de los Desposorios

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Lo de que las fiestas de Desposorios terminan el lunes por la noche con el "lanzamiento aéreo de una espectacular colección de fuegos artificiales" ya es un mito; una leyenda urbana de nuestros mayores. Porque, en realidad, los Desposorios terminan el martes, rozando el alba. A las 6:20 exactamente este 2013. Es justo el momento en el que varios cohetes anuncian a todos los vecinos que la tradicional Puja ha concluido, cerrando el ciclo de los actos vinculados con la Cofradía de la Virgen del Espino que dan sentido y razón de ser a estas fiestas patronales de Membrilla.

Los Desposorios de Membrilla siempre han sido unas fiestas especiales donde conviven e interactúan numerosos elementos singulares, de extraordinaria riqueza histórica y sociocultural: Virgen del Espino, alabarderos, cumplidores, Novenario, procesiones, Desposorios en sí... Incluso también la Puja, un acto de fondo religioso en cuanto está organizado desde la propia Cofradía con el fin de obtener recursos para el mantenimiento de las actividades y bienes religiosos, pero de sentir popular y civil al no dejar de ser una subasta pública de bienes.

Lo sorprendente es ver cómo la Puja, en los últimos años, se ha rebelado, abandonando su papel de acto más o menos secundario para convertirse en un cierre mágico de la fiesta; un broche ineludible que reúne en la Plaza del Azafranal a cientos, incluso miles, de fieles seguidores hasta altas horas de la madrugada del martes.

No vamos a buscar los orígenes de esta curiosa tradición, -quizá anclados en el siglo XVIII, como alguna vez hemos leído a Pedro Almarcha-. Baste recordar a la más cercana "Tómbola de la Virgen" de principios del siglo pasado, donde se pujaban los objetos donados a la Virgen, con intermedios amenizados por la banda y lanzamiento de globos, figuras y cohetes, cuando la Plaza se llamaba de Castelar o del Generalísimo. Es tradición observada sobre todo después de la Guerra, que a la Puja asista el Mayordomo cumplidor con la bandera y bastón y que, al finalizar la subasta, se produjese el traspaso de los mismos a los cumplidores del año siguiente. Tradición que la actual Junta ha querido recuperar, realizando un cambio de bandera simbólico y presentación de los nuevos Cumplidores en el ecuador de la Puja, en torno a las dos de la mañana: Serán los Cumplidores de los Desposorios 2014 la familia Pardilla Sánchez Elipe.

Y así, cientos de objetos diversos y peculiares se reúnen desde la tarde en el escenario portátil instalado en la Plaza del Azafranal: corderos, cerámicas, plantas, cuadros, jamones, gallos, juguetes, menaje, artesanías... Incluso la ya famosa bandera. La subasta comienza a las nueve de la noche, -antes a las cinco y seis de la tarde-, con Pedro Bellón al frente. Más tarde le sustituirá Enrique Condés, capaz de meterse a las masas en el bolsillo hasta la madrugada, -con sombrero de paja, tocado de madrina o sombrero mexicano, da igual-.

La Puja, protagonista absoluta un año más del final de los Desposorios

Destaca la Cofradía la enorme participación de los jóvenes, de grupos de amigos que "juntan" sus ahorros para pujar algo, lo que sea, con tal de contribuir en la fiesta y colaborar con la Virgen. Interesante ha resultado también en los dos últimos años la iniciativa de la Cofradía de aprovechar el zurra y refresco que no se ha consumido en el agasajo y crear lotes embotellados y enfriados allí mismo en nevera, acompañados de bocadillos de chorizo o jamón para que los asistentes a la puja repongan fuerzas y "estén más a gusto". Iniciativa culinaria a la que se suman los bares cercanos a la plaza con lotes preparados expresamente e incluso numerosos vecinos que acercan al escenario los churros calentitos o incluso los nuégados. También este año el cumplidor, preparando una gran cantidad de bocadillos de jamón ibérico para acompañar al zurra. Pequeños lotes que aportan cada uno una media de 50 euros al fin económico de la Puja.

Y al final, pasadas las seis de la madrugada, los cohetes anunciando a los vecinos, -a los despiertos y a los dormidos- que la Puja ha finalizado. Entre los artículos más pujados destacaron dos alabardas y dos cuadros, objetos que rondaron e incluso sobrepasaron cuantías de 400 euros cada uno. Más de nueve horas de Puja sin interrupciones. Más de 15.600 euros donados este año. Y más ganas de Puja para los Desposorios que vienen.-FM

 La Puja, protagonista absoluta un año más del final de los Desposorios

 

 

 

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