El uso del chupete para dormir ejerce como factor protector frente a la muerte súbita del lactante (SMSL), que afecta a uno de cada mil bebés en nuestro país (con una media de cien muertes al año) y supone la primera causa de muerte del periodo postnatal , comprendido entre el primer mes y el año de vida.
Ante estos datos, el residente de matrona en el Hospital General ‘La Mancha Centro’ de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) Sergio J. Amores, junto a las enfermeras María Victoria y María Ángeles Martínez, decidieron realizar un trabajo sobre la ‘Asociación del uso del chupete en la prevención de la muerte súbita del lactante’, cuyas conclusiones obtuvieron un premio en el último Congreso de Investigación del Sindicato de Enfermería SATSE, celebrado en Albacete.
Concretamente, el objetivo del grupo investigador liderado por Amores era realizar una revisión sistemática para determinar si el uso del chupete durante el sueño se considera un factor protector en la muerte súbita del lactante. Para ello rastrearon numerosas bases de datos ( Cochrane, Pubmed, Cuiden, Cuidatge y Enfispo), en las que obtuvieron resultados en dieciocho artículos, de los que finalmente fueron seleccionados y analizados siete.
Recientemente, se ha recomendado el uso del chupete como factor protector frente al SMSL por haberse demostrado que aumenta los microdespertares, favorece que la lengua se mantenga en posición anterior, aumenta levemente los niveles de dióxido de carbono y el tono muscular de la vía aérea, incrementa la producción de IgA, por la succión no nutritiva, y que su presencia en la boca impida la obstrucción total de la boca y nariz sobre el colchón.
A pesar de que el uso del chupete se puede relacionar con la disminución de duración de la lactancia materna, maloclusión dentaria e incidencia de algunas infecciones, podría ser razonable no desaconsejarlo o incluso alentar su uso en determinados momentos (como al ir a dormir durante los primeros meses de vida) una vez esté instaurada la lactancia materna.
Según los autores del trabajo, en la mayor parte de la bibliografía revisada se concluye que el uso del chupete para dormir ejerce un factor protector frente a la muerte súbita del lactante, no conociéndose muy bien su mecanismo de acción.
Definición y recomendaciones
El síndrome de la muerte súbita del lactante se define como la muerte súbita de un niño menor de un año de edad a la cual no se encuentra explicación después de una investigación minuciosa del caso, incluyendo la realización de una autopsia completa, el examen de la escena del fallecimiento y la revisión de la historia clínica.
Además del uso del chupete, es recomendable que los padres sigan algunas recomendaciones para evitar la SMSL, entre las que se encuentra el hecho de que los niños sanos duerman en posición supina (boca arriba) o lateral durante el sueño, ya que la probabilidad de padecer una muerte súbita durmiendo en decúbito prono (boca abajo) es de 3,5 y 9,3 veces superior que durmiendo en cualquier otra postura. Asimismo, se deben quitar las almohadas y cojines gordos o colchas gruesas de la cuna donde se acuesta, ya que podrían ahogar al lactante.
La cabeza del bebé tampoco debe quedar cubierta con ropa de cama mientras duerme, ya que los estudios demuestran que entre un 16 y 22% de los niños víctimas de la muerte súbita tienen su cabeza cubierta. Es conveniente que los pies del bebé contacten con el límite de la cuna. De esta manera el bebé tiene menos posibilidades de desplazarse por debajo de la ropa de cama.
El niño debe estar en una atmósfera libre del humo de los cigarrillos, antes del nacimiento y después. Está demostrado que si la madre fuma durante el embarazo y durante el primer año de vida del bebé, el riesgo del SMSL se incrementa en 4,09 veces. Si ambos padres fuman, el riesgo se incrementa en 2,41 veces más.
Del mismo modo, se recomienda ofrecer el chupete al niño al ponerlo a dormir boca arriba y no reintroducirlo en la boca una vez que el niño se haya dormido. Si el niño no quiere el chupete, no forzarlo; no mojar el chupete en ninguna sustancia dulce; limpiar el chupete y sustituirlo por otro nuevo con frecuencia; y en el caso de lactantes alimentados al pecho, se puede retrasar la introducción del chupete al mes de vida, cuando la lactancia materna ya está establecida.