Miembros de la Plataforma Hospital de Manzanares se desplazaron hasta Membrilla para explicar a los vecinos su postura ante el anuncio de la próxima privatización de la gestión del hospital y su valoración de las posibles consecuencias que conllevaría el proceso.
Como punto de partida, los miembros de la Plataforma dejaron patente la absoluta falta de información recibida por parte de las administraciones competentes sobre las características concretas del proceso de privatización de la gestión, del que todavía no se conoce el pliego de condiciones, ni de las razones del mismo. Sin embargo, la observación de cómo han funcionado los hospitales donde se ha aplicado este modelo de gestión les lleva a deducir una serie de consecuencias que consideran bastante negativas, lo que ha llevado a esta plataforma a movilizarse para evitar la privatización del centro.
Los miembros de la Plataforma explicaron que la situación del Hospital Altagracia de Manzanares presenta además una casuística única dentro de España, ya que será el primer hospital cuya gestión se privatice tras llevar funcionando cuarenta años y con un 85% de la plantilla fija, cuando lo normal es privatizar hospitales de nueva construcción. El modelo a aplicar, por tanto, deberá ser diferente, lo que le confiere un matiz de experimento. “Entramos en un mundo nuevo y desconocido, abriendo caminos diferentes”, reconoció Agustín Sánchez Carnerero, miembro de la Plataforma.
El principal miedo de los trabajadores del centro es que la privatización de la gestión en un hospital de estas características, con instalaciones y funcionamiento consolidado durante 40 años y la plantilla fija, conlleve la desaparición de servicios que la empresa privada considere no rentables en su afán lícito de obtener beneficios. Los tratamientos largos, crónicos o costosos serían además poco viables para una empresa privada que recibiría de la administración una cantidad fija por paciente. La Plataforma dejó claro que esto no significa que los usuarios tengan que pagar costes adicionales por los servicios ni que dejen de recibir la atención médica que necesiten, pero sí puede ocurrir que tengan que desplazarse a otros centros de gestión pública (Alcázar, Ciudad Real...) para recibir la atención o el tratamiento. De momento, ya es prácticamente segura la eliminación en el centro de las guardias localizadas y aún queda por ver cómo influirá esta privatización de la gestión a los Centros de Salud del área de influencia.
Respecto a la situación del 15% de la plantilla compuesta por interinos o eventuales, los miembros de la Plataforma informaron que probablemente desaparecerán los contratados eventuales, pero que, según los últimos datos facilitados por el alcalde de Manzanares, el Sescam no despediría a ningún interino. También podrían desaparecer las actuales bolsas de trabajo, siendo la selección de personal de un modo diferente. El tema de los trabajadores implica también un problema de funcionamiento y convivencia interna pues los nuevos médicos y trabajadores que la empresa contrate estarán fuera del régimen estatutario de la actual plantilla fija y probablemente tendrán un régimen laboral peor, lo que creará desigualdades entre trabajadores que realizan el mismo trabajo.
La Plataforma considera bastante grave que la Presidenta de la región diga públicamente que el hospital de Manzanares es inviable sin explicar porqué es inviable cuando la realidad es que el Hospital ya funciona, tiene buena gestión, ha sido alabado por los políticos responsables en Toledo y ha sido bien valorado por parte de los usuarios; una buena gestión que viene acreditada por los últimos dos años, en los que el hospital se ha ajustado a un presupuesto atendiendo incluso a pacientes que no eran de su área de influencia. Los trabajadores también consideraron grave el hecho de que el Consejero en su reciente visita a la localidad vecina ensalzase la gestión del hospital y 48 horas después se publicara el anuncio de su privatización, hecho que no fue comunicado ni a la gerente ni al alcalde de Manzanares durante la visita.
Pese a ser conscientes de que todo servicio y gestión pública puede mejorarse y de la necesidad de realizar recortes ante la grave situación económica en la que han quedado los servicios, los miembros de la Plataforma manifestaron su sensación de que las medidas tomadas respecto al Hospital obedecen más a la improvisación que a la mala fe, defendiendo en todo caso una mejora de la gestión realizada por verdaderos gestores profesionales desde lo público, no desde la empresa privada. Los trabajadores incidieron en reconocer la buena intención de la administración pero afirmaron que existía una precipitación por parte del gobierno regional por cambiar las cosas rápido, cuando hubiese sido necesario estudiar de un modo más cercano el día a día del centro y sus necesidades.
Ante las preguntas realizadas por los vecinos de Membrilla respecto a la posibilidad de una marcha atrás en la decisión, los miembros de la Plataforma reconocieron tener pocas expectativas de revocación aunque manifestaron que “con sensatez se puede echar marcha atrás”, sobre todo si se consideran las características particulares del hospital. La única posibilidad para ello, afirmaron, es contar con la fuerza que les puede dar la gente de la comarca.
Asimismo informaron que para los próximos días 10 ó 12 de enero está previsto que responsables de la administración regional se desplacen a Manzanares para mantener una reunión con la gerencia del hospital y de la que esperan obtener información más precisa respecto de los planes de la privatización de la gestión del hospital.
Recordaron que el día 15 de enero está convocada una manifestación en defensa de la gestión pública del hospital que partirá de la plaza del Gran Teatro de Manzanares a las 12.00 de la mañana.