Hace unos años se tuvo el gran acierto desde las instituciones locales de dedicar la víspera del inicio oficial de la fiesta de los Desposorios a la juventud. La noche del llamado Día Joven, el Parque del Espino se llena de actividades destinadas a los pequeños y jóvenes, desde los primeros años de edad hasta sobrepasar la veintena, reforzando siempre la idea de que es posible una diversión sana y creativa. Todo ello organizado de modo impecable por el Centro Juvenil y sus monitores.
Talleres, juegos, hinchables... y el concierto de grupos musicales que permite sacar a la calle el talento muchas veces oculto de nuestros jóvenes componen la base de esta particular fiesta que atraía a numerosos vecinos hasta la cabecera del parque.
Sin embargo en la edición 2011 se ha observado menor afluencia de público que años atrás fundamentalmente porque ha tenido que luchar con demasiados elementos en contra, algunos de gran peso en la vida social de las familias como el fútbol. La celebración de la final de la Supercopa entre el Real Madrid y el Barcelona llenó las casas y los bares de la localidad pero vació la cabecera del Espino. Quizá los amagos de tormenta, que obligaron a desmontar las atracciones hinchables en algún momento, desmotivasen a otros.
Otro elemento que “vació” la cabecera fue el traslado del concierto de los grupos jóvenes desde el templete de la música del Espino al pabellón multiusos. Un traslado que si bien les hizo ganar en numerosas ventajas escénicas, sobre todo de luz y sonido, impidió disfrutar de su música a muchos vecinos que tuvieron que decantarse por acompañar a los más pequeños en el parque o que prefirieron pasear o sentarse al aire libre.
Manteniendo siempre la alta calidad de ediciones anteriores, la noche joven llenó los alrededores del templete del Espino con diversos hinchables para los más pequeños, camas elásticas, variados circuitos hinchables de fútbol, baloncesto y badminton, futbolines. Se echaron de menos los talleres organizados por los monitores del Centro Juvenil en años anteriores y, como ya apuntábamos, la música en directo amenizando la velada.
Sin embargo, merece la pena destacar de esta noche joven tres cosas que le dan su gran valor:
El acierto de los cientos de niños y jóvenes que optaron por dedicar una noche a disfrutar con sus amigos de actividades lúdicas y deportivas al aire libre, sentando las bases de una diversión sana, diferente a la que hacen habitualmente en una noche cualquiera.
La enorme calidad musical de los grupos jóvenes que participaron en un encuentro que, un año más, sigue sin recibir la suficiente publicidad. A través de composiciones propias o con las versiones más complejas de los grandes como Dire Straits, Queen o Evanescence, los grupos ofrecieron una visión más fresca y completa de la juventud haciendo disfrutar al público que se acercó hasta el pabellón.
Por último, sin ser menos importante, destacar la enorme labor realizada desde el Centro Juvenil y en particular el papel desempeñado por los monitores, que con gran paciencia y cariño supieron trabajar, un año más, sobre todo con los más pequeños.