Según recogen las denuncias presentadas ante la Guardia Civil de Manzanares, los hechos tuvieron lugar el pasado 2 de abril a las 11:30 de la mañana aproximadamente, cuando la enfermera se personó en el consultorio de Membrilla con cierto retraso sobre la hora establecida para las curas, 10:30. Los pacientes comenzaron a reprocharle su retraso desconociendo que el motivo del mismo era la atención a una urgencia que se había producido. La enfermera, según la citada denuncia, les respondió que si no estaban de acuerdo “que se desplazasen hasta Manzanares y que ella no tenía porqué hacer esas curas y que lo hacía como un favor y que si no tenían medios para desplazarse cogiesen un taxi”, expresiones estas que molestaron a los pacientes que esperaban.
Según cuentan las denunciantes ante la Guardia Civil, en el momento de la cura a la señora de 75 años notaron malos modos en la enfermera, la cual, al verle las heridas a la madre comenzó a decir que estas no eran como para ir ese día a que se las curen, que la cura la podría haber hecho la hija en su casa y que perfectamente podía haber aguantado hasta el lunes, todo ello considerando que la anciana tiene en su poder una prescripción médica tras la operación en la que le dicen que las curas deben ser diarias. Acto seguido se produjo un intercambio de acusaciones recíprocas entre la enfermera y la hija en torno a cuál de ellas era responsable de la curación repitiendo la enfermera que no tenía obligación de curar a la madre y respondiendo la hija que iban a ir a curarla tantas veces como fuese necesario porque la profesional sanitaria era la enfermera.
Ambas mujeres cuentan en sus denuncias que una vez finalizada la cura la enfermera les pidió el nombre manifestando que iba a denunciarlas a ambas, reconociendo la anciana que ante este hecho se irritó dado el mal trato que había recibido por parte de la enfermera, que cogió unos papeles de encima de la mesa y los rajó, siendo en ese momento cuando la enfermera agarra a la anciana de los brazos y la zarandea, siendo necesaria la intervención de la hija para separarlas.
Acto seguido, según la misma denuncia, la enfermera se encerró en la sala de curas, manifestando que ya no iba a curar a nadie más.
La anciana agredida presentó también un parte médico del servicio de urgencias de Manzanares según el cual se apreciaron herida superficial en antebrazo con secreción purulenta en los bordes de la herida con reacción inflamatoria de la base ungueal, por posible agresión según relata la enferma, y lesión dérmica superficial de unos 5 cm de longitud en tercio inferior cara anterior antebrazo izquierdo.