La Quinta del 81 celebra este año su 40 Aniversario inmersa en la incertidumbre de una época marcada por una pandemia mundial y sin saber siquiera si un virus les permitirá festejar algo. Cuarenta es un número especial en la consolidación de un proyecto de vida. Curiosamente, hace cuatro décadas que también llegaba a Membrilla una de las tallas más bellas de nuestra Semana Santa: la imagen de Ntra. Sra. de los Dolores. Y su historia de arraigo es una de las más fascinantes de la devoción cofrade local.
El culto a la imagen de la Dolorosa no nació hace cuarenta años, sino que se asienta sobre unos cimientos de cientos de años de tradición. Quedan pocas personas que conociesen la antigua talla, de impresionante belleza según los testimonios orales y escritos que han llegado a nuestro particular estudio sobre la Semana Santa local. Aquellos Viernes de Dolores de principios del siglo pasado se convertían en grandes celebraciones litúrgicas en la parroquia, tras un Septenario magnífico y un histórico Sermón de la Soledad. Después, la procesión por las calles de Membrilla… Y todo organizado no desde una cofradía, sino por un grupo de mujeres que habían formado una asociación en honor a la Virgen. Pero todo desapareció pasto de las llamas.
Las mismas mujeres se encargaron de reorganizar el culto desde las cenizas y, gracias a la donación de una nueva imagen por un vecino, se restableció con la misma fuerza y con algunos cambios de peso, como su traslado al Sábado Santo, cuyos orígenes estuvieron vinculados al Vaticano y, más cercano, al ímpetu renovador de párrocos como Moreno Chocano.
Pero el culto fue perdiendo peso hasta llegar muy agotado a la nueva democracia, salpicado de numerosos prejuicios: nunca gustó demasiado la pequeña imagen de la Virgen de los Dolores y la devoción se había restringido al ámbito femenino durante demasiados años.
De nuevo el impagable trabajo de las mujeres de la Asociación, con María Fernández al frente, dieron un impulso a la devoción con la adquisición de la actual imagen de Ntra. Sra. de los Dolores y recuperaron su vinculación histórica con el Viernes de Dolores tras casi cuatro décadas de vacío. Pero pocas personas acompañaban a la Dolorosa en sus desfiles procesionales, ni siquiera cuando su culto se vio potenciado con la fusión entre su Asociación de mujeres y la Hermandad de Jesús Nazareno Yacente, que cuidó con mucho detalle el rico legado que recibía. También desde la Junta de Hermandades presidida por Pedro Bellón llegaron iniciativas de interés. Y todo sumaba, poco a poco, pero muy despacio.
A veces, en la historia basta un punto de inflexión para modificar el curso de los acontecimientos y uno de esos momentos fue la Semana Santa del año 2017, cuando la imagen de la Virgen de los Dolores protagonizó el cartel oficial. Quizá hacía falta ese primer plano de la talla para poner el foco en la singular belleza de la imagen. Muchos vecinos miraron por primera vez el rostro de la Dolorosa. Y todo en un año en el que, curiosamente, su procesión arrancaba con sol, ofreciendo una imagen novedosa del paso de la Virgen.
Desde entonces, la imagen de Ntra. Sra. de los Dolores sólo ha podido desfilar por las calles un Viernes de Dolores: la lluvia antes y el coronavirus ahora han impedido su particular estación de penitencia. Pero cuarenta años después, la devoción a esta talla ya ha arraigado con fuerza en los cofrades de Membrilla, aunque no pueda celebrarse en la calle.
El estudio sobre la historia de la Semana Santa de Membrilla durante el último siglo está llegando a su fin. Cuéntanos tus vivencias y recuerdos cofrades: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo..