Los vecinos de Membrilla volvieron a acercarse en la tarde del llamado Viernes de Dolores hasta el templo parroquial para asistir al centenario Sermón de la Soledad en una función religiosa con la que concluía el Septenario de la Virgen de los Dolores, que se venía celebrando desde el pasado 1 de abril.
El Sermón de la Soledad estuvo oficiado por el párroco Raúl López de Toro y presidido por la bella imagen de la Virgen de los Dolores, titular de la cofradía de Jesús Nazareno Yacente y Virgen de los Dolores, una donación particular realizada a la antigua Hermandad que llevaba su nombre y que se ha convertido en una de las imágenes más bellas de la Semana Santa local y una de las advocaciones más intensas en las horas de la Pasión. Nos recuerda los Siete Dolores de la Virgen no sólo en esos momentos de Pasión de su Hijo, sino en su vida entera: La profecía de Simeón, la huida a Egipto, el niño Jesús perdido en el Templo, el encuentro con su Hijo camino al Calvario, la Crucifixión y Muerte, el descendimiento de la cruz y recepción del cuerpo de Jesús y su entierro. Entre la simbología más reconocible de esta Dolorosa, el corazón atravesado por los simbólicos siete puñales de dolor y la corona de espinas en la mano.
Tras la función religiosa, se celebró la procesión de la Virgen de los Dolores por las calles de Membrilla, repitiendo exacta, y casualmente, otra celebración similar, de otro mismo 7 de abril, pero esta vez anterior a la Guerra, cuando la Virgen de los Dolores procesionaba el viernes anterior al Domingo de Ramos. Tradición cambiada al Sábado Santo años después y recuperada recientemente para la historia de la Semana Santa local, convirtiéndose de nuevo en el cortejo que abre el calendario de procesiones.
A las ocho de la tarde, por primera vez en años todavía bajo el sol, la imagen de la Virgen de los Dolores hacía su salida del templo parroquial arropada por las notas de la marcha Y al tercer día, interpretada por la Agrupación Musical San Juan Evangelista. Los fieles de Membrilla, todavía mujeres en su mayor número, tuvieron una respuesta importante al llamamiento que este año se hacía desde la Junta de Hermandades, presidida por Pedro Bellón, y desde la propia Hermandad invitando, especialmente a quien llevase el nombre de Dolores, a participar en la procesión, alumbrando a la imagen de la Virgen. Así, la participación en la procesión fue mayor que en años anteriores, acercándose a los doscientos fieles portando las velas facilitadas por la Hermandad. Completaron el cortejo representantes de todas las hermandades de Pasión de la localidad, miembros de la Junta de Cofradías, párroco y autoridades civiles.
Pasadas las nueve y media de la noche, la imagen de la Virgen de los Dolores entraba de nuevo al templo parroquial bajo las notas de la Marcha Real interpretada por la Agrupación Musical San Juan Evangelista, que este año acompañaba musicalmente la procesión.
