Desposorios de María y José: "Veis por este anillo que tú estás reservada para mí..."

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Membrilla celebra hoy los Desposorios de María y José. Desposorios; que no es lo mismo que matrimonio, según los ritos judíos de la época, sino un paso previo que se realizaba al menos un año antes.  Consistían los desposorios, a grandes rasgos, en una especie de compromiso prenupcial por el que los jóvenes quedaban vinculados o prometidos, permaneciendo aún la novia en casa de sus padres.  Después llegaría el matrimonio, y los esposos vivirían juntos.

El ritual de los desposorios incluía una reunión de ambas  familias, acompañadas de testigos, en las que se fijaban los términos del contrato matrimonial. En esta reunión, el novio entregaba a la joven novia un anillo de oro (u otro objeto de valor, incluso un documento con sus promesas de matrimonio) con estas palabras:   "Veis por este anillo que tú estás reservada para mí, de acuerdo con la ley de Moisés y de Israel".

El hecho de la entrega del anillo, incluso los propios términos del compromiso de José y María pasaron inadvertidos y obviados por los evangelistas, fuente oficial de la que se nutre el cristianismo. Sin embargo, la boda de María y José fue ampliamente desarrollada en numerosos evangelios apócrifos de los primeros siglos de nuestra era, que alimentaron la leyenda de la unión sagrada, desembocando en una auténtica fascinación por el tema de los anillos nupciales a partir de la Edad Media. 

De esta fascinación, mezcla de mito y leyenda, comenzaron a aparecer por Europa numerosas reliquias de los anillos nupciales, llegando a contabilizarse cinco anillos, por lo menos. 

Cuatro de ellos aparecieron en Francia: dos en monasterios benedictinos (Semur en Auxois desde el siglo VIII y la abadía de Anchin en el siglo XIII) y unas alianzas en Notre Dame de Paris, citadas en el siglo XIV por el teólogo Jean Gerson (en la iglesia de Notre Dame de Paris, “donde están los anillos del desposorio de la Virgen”.) Incluso hay alguno vinculado a cierto arzobispo de Toledo, en España.

Pero sin duda el más famoso de todos es el que se encuentra en Perugia, Italia,  en  la Catedral de San Lorenzo.  En el lateral izquierdo de la nave se construyó la Capilla del Santo Anello, que guarda el supuesto anillo nupcial de la Virgen María, de cuarzo, custodiado bajo catorce llaves en un valioso relicario del año 1511, en el que cuelga de una corona de plata dorada.  Se exhibe cada 31 de julio.

Desposorios de María: "Veis por este anillo que tú estás reservada para mí…”

Según la leyenda que rodea a la más importante reliquia de los Desposorios de María y José, el anillo aparece no se sabe cómo en Italia en el siglo III, en manos de un cristiano de Chiusi que lo regala a su esposa  Mustiola (hoy santa y patrona de Chiusi) ambos mártires en las persecuciones de los romanos. El anillo aparecerá ocho siglos más tarde, cuando un judío  lo vende a un joyero de esa misma ciudad, revelándole su naturaleza sagrada. El joyero sin embargo no lo cuida con el celo exigido y lo deja olvidado en la iglesia extramuros de Santa Mustiola. Cuando el hijo del joyero muere, es llevado a ese mismo templo, donde resucitará para reprocharle al padre su falta de cuidado, señalando el lugar donde estaba el anillo perdido, entre repique de campanas y otros fenómenos y milagros inexplicables.  

El anillo nupcial fue centro de culto en la ciudad, guardado en la Catedral en el siglo XIII. En el siglo XV vuelve a trasladarse  a un convento de franciscanos, de donde sería sustraído un siglo después por un fraile de Maguncia para llevarlo a su tierra, dado el gran valor de la reliquia, o quién sabe si pagado por los habitantes de Perugia. El caso es que camino de Maguncia, a su paso por Perugia, una densa niebla rodeó al fraile impidiéndole avanzar, e interpretó el fenómeno como una señal divina de que tenía que entregar (previa recompensa) el anillo a esa ciudad. 

Enterados los de Chiusi, mandaron un ejército a Perugia para recuperar la reliquia, pero la contienda no llegó a mayores por el apoyo del papa Inocencio VIII a que el anillo permaneciese en Perugia, que se convirtió así en un importante centro de  peregrinaciones cristianas.  Tres días al año se sacaba el anillo y se mostraba a los fieles, que ganaban numerosas indulgencias, además de numerosos prodigios y beneficios gracias a su protección, especialmente dirigida a mujeres embarazadas y a la familia.

Desposorios de María: "Veis por este anillo que tú estás reservada para mí…” Desposorios de María: "Veis por este anillo que tú estás reservada para mí…”



La devoción y la leyenda aumentaron la fama de esta reliquia a lo largo de los siglos, amparada en la creencia piadosa de lo que es tradición. Fama  aumentada por el desarrollo pictórico de los desposorios de María con José, centrados en su mayor parte en el momento mismo de la entrega del anillo por parte del varón José a la joven desposada María. Destaca, sobre todo, el famoso cuadro de Perugino, Los desposorios de la Virgen, del siglo XVI,  pintado para la capilla del Santo Anello en la Catedral de Perugia, confiscado por Napoleón y hoy en el museo de Caen. Este cuadro tiene la versión realizada años más tarde por su discípulo Rafael. 

Y en nuestra Parroquia de Santiago el Mayor, que vivirá hoy la fiesta grande de los Desposorios, una vidriera donada por D. José Jiménez (muy cercana a la idea pictórica de Perugino) nos recuerda el instante mismo en el que José recitaba a María: "Veis por este anillo que tú estás reservada para mí…”

Fdez. Megías

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